capitulo 12

412 77 2
                                    

Pasaron tres meses desde ese día y tal y como Valentina advirtió,
prácticamente no se veían, el máximo tiempo que habían podido pasar juntas
fueron tres días en Navidad en los que la alquilaron una cabaña rural para
desconectar de todo lo demás. A parte de eso, algunas noches en las que
tenían que escoger entre el sexo o conversar un poco debido a la falta de
tiempo y algún fin de semana, todo lo demás era trabajo y agotamiento.
A Valentina su editorial le había dado más promoción, con lo que además de
aumentar las ventas aumentaron también sus compromisos. Juliana podía
ver el agotamiento de Valentina, había perdido peso, comía mal y sus días de
mal humor empezaban a ser más frecuentes aunque casi nunca lo
descargaba contra ella.
Aun así Juliana no se quejaba, su relación aunque consistiera más bien en
momentos esporádicos, era estable y el sexo era impresionante aunque no
tuvieran todo el que deseaban.
Lo que peor llevaban era la universidad, ese era el lugar en el que más se
veían y el único en el que ni siquiera podían abrazarse. Pero tras otra
conversación al respecto, las dos estuvieron de acuerdo en que eso era lo
mejor para ambas. Valentina podía jugarse el puesto y la reputación, y
Juliana podía convertirse en objetivo de sus compañeros y otros profesores y
ahora que el curso estaba casi terminando y conocía a todos sus compañeros
de clase, no quería tener problemas. Además, pese a que no había
conseguido corregir la fea costumbre de no quedarse distraída en clase,
sacaba muy buenas notas.
—No lo entiendo—dijo Valentina mientras comían en un restaurante
aprovechando que coincidían un par de horas.
—¿El qué?
—Tus notas, no sé qué haces en clase de los demás, pero en las mías no
prestas atención y aun así sacas unas notas muy buenas.
—Porque estudio en casa—hizo un gesto señalando la obviedad.
—Eso no es cierto y lo sabes, hace una eternidad que no te veo abrir un libro.
—Eso es porque casi no nos vemos.
—Que mal mientes cariño, si últimamente cada vez que te llamo estás
ocupada con esa web nueva que estás haciendo.
—Uff no me hables de eso, me tiene loca ese tipo, ahora no solo quiere una
web específica por cada franquicia sino que quiere que se las traduzca todas
en cuatro idiomas, ¿tú sabes lo que es eso Val?—dijo golpeándose la frente
contra la mesa.
Valentina empezó a reírse y acabó contagiando a Juliana que hacía tiempo
que no veía sonreír a su profesora.
—Vaya dos—dijo Valentina aun con una sonrisa.
Después suspiró y adoptó una mirada triste.
—¿Qué te pasa?
—Pfff—arqueó las cejas—pues que con tanto trabajo nos estamos perdiendo
un montón de cosas, ya no sé si lo que hacemos es lo correcto o no.
—¿Quieres dejarme?
—¡Por Dios! Noo, a ti no cariño, pero empiezo a plantearme dejar de dar
clases, no sé—dijo recostándose en la silla.
—¿Qué dices? A ti te encanta enseñar Val, y ya solo faltan dos meses para
terminar el curso.
—Dos meses para que tú termines Juliana, yo aún tendré trabajo casi otro
mes entero.
—Sí, pero entonces yo tendré más tiempo libre y te podré ayudar, y también
podré acompañarte a todos los eventos, será diferente.
—Dios, que bien suena eso—suspiró agotada—¿me acompañarás a todos?
—Por supuesto, y en agosto nos vamos todo el mes lo más lejos posible de
aquí.

¿MATERIA PROHIBIDA?Where stories live. Discover now