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El primer partido de la temporada Quidditch se llevaría acabo ese día y todos estaban como locos, gritando y haciendo apuestas.

Las mellizas Black estaban empezando a pensar en hacer pruebas para el equipo, después de todo, desde muy chicas habían aprendido a jugar Quidditch. Era como si lo llevarán en la sangre.

El grupo de primos se dirigieron con los demás a las gradas y se sentaron en las butacas de Slytherin, en primera fila, junto a Draco y Pansy.

—Esto será aburrido —mascullo Draco, aun cargaba el torniquete en su brazo—Si mi brazo estuviera bien, les apuesto que ganaríamos el partido.

—No con este clima —señaló Daniel.

El partido dio inicio, Lee Jordán era el relatador, que se encargaba de informar las tácticas de los jugadores, las puntuación y soltar uno que otro comentario haciendo molestar a su jefa de casa.

Cuando el partido estaba en su punto más importante, los buscadores de ambos equipos habían desaparecido ante la inmensa niebla que había venía con un clima congelador, entonces algo captó la atención de algunos, una mancha caía en un ritmo alarmante.

—¡DIGGORY CONSIGUIO LA SNITCH, HUFFLEPUFF GANA! —grito Lee Jordán sobre el festejo de los tejones. E incluso la Black pelirroja sonrió, alegrandose por Cedric.

—¡CUIDADO! —grito Lizeth poniendose de pie y señalando lo que parecía ser un jugador, casi cayendo sobre uno de los gemelos Weasley.

—¡Es Potter! —exclamaron horrorizados la mayoría de los estudiantes.

Una luz envolvió el cuerpo de Potter haciendo que su caída se volviera lenta, hasta caer en el suelo y la enfermera salió a su auxilio junto el director y varios profesores.

—El sí que sabe cómo llamar la atención —musito Fátima con un poco de burla.

—¿Estará bien? —preguntó Alice preocupada—Fue una caída muy alta, ¿Que le habrá pasado?

—¿Qué importa? —Draco le resto importancia.

Un frío helado envolvió a los estudiantes, una oleada de tristezas y malos recuerdos invadieron a muchos, apacando la agradable celebración por la victoria de Hufflepuff.

—¡Dementor! —chilló alguna chica ocasionando gritos de pánico.

Las mellizas Black se habían puesto pálidas, un profundo sentimiento de tristeza llegó tan de repente que las hizo sentir mal.

Sus ojos se cristalizaron y recuerdos de ellas estando solas desde siempre invadieron sus mentes.

«¡Euphemia! ¡Lilianeth!» el grito asustado de una mujer las desconcertó, ellas no reconocieron esa voz, aunque les era extremadamente familiar «Mis pequeñas, shhh tranquilas, todo estará bien».

Escucharon gritos y cosas siendo destrozadas. La mujer seguían llorando completamente destrozada.

«Ari, Juls, recuerden que papá y mamá las aman, a ustedes y a su hermano, nunca lo olviden. Todo estará bien... »

Cuando las mellizas volvieron a la realidad, se percataron del silencio siendo interrumpido por murmullos a unos metros de ellas, un terrible dolor de cabeza las invadió segundos después de despertar.

Al abrir los ojos se dieron cuenta de que ya no estaban en las gradas, sino en la enfermería. Sus mejillas estaban empapadas y gotas de sudor bajaban de sus frentes.

Con esfuerzo y ayuda de sus antebrazos, Juliana se inclino hacia delante para poder sentarse, mientras que su hermana seguía recostada, se encontraba débil.

CURSED BLOOD [HARRY POTTER]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora