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A eso de las 3:00 am, Hao dormía tranquilamente, con un Hanbin bien despierto, dando vueltas en la cama, como si estuviese buscando la posición correcta.

Se volteó hasta quedar frente al mayor y tocó su hombro sutilmente luego de pensárselo por varios minutos.

Zhang hao abrió los ojos, conectando mirada con el menor, y no pudo evitar sonreír, sintió algo cálido dentro suyo al abrir los ojos y que su primer plano fuese la bonita carita ajena.

── ¿Pasa algo? ──susurró, a pesar de que estaban ellos dos solos en la habitación, y ambos estaban despiertos.

── Lamento mucho despertarte, Hao Hyung... Pero... No puedo dormir ──miró hacia abajo con un pucherito.

El castaño negó y tomó la manita del menor.

── No pasa nada. No me molesta... ──dijo con dulzura.── ¿Quieres hacer algo? ──

El pelinegro sonrió un poquito y miró los ojos contrarios, perdiéndose en ellos.

Quizás el hecho de que la luz de la luna llena se colara por las traslúcidas cortinas blancas le mejoraba la visión, o solamente era que ya se había adaptado a la oscuridad de la habitación porque llevaba mucho tiempo despierto, pero zhang hao lucía demasiado bonito.

── Uhm... Hablar estaría bien ──contestó sintiendo sus cachetitos calientes.── Digo, si no te molesta. Tú debes tener sueño ──soltó bajoneado.

── Está bien, Hanbin, no me molestaría quedarme despierto todo un día sólo por escucharte. Tu voz es muy bonita ──le sonrió y dejó un besito en la mano del menor que aún no soltaba del agarre.

El pelinegro sonrió, ya más confiado y comenzó a hablar de varias cosas, pero más que nada haciéndole anécdotas al mayor sobre Hyuki cada que recordaba algo.

Y se sentía a gusto, pues, Zhang hao lo miraba tan interesado, y también le contaba cosas, mientras dejaba suaves caricias en él.

Estuvo tan cómodo, que no pasaron dos horas para que cayera en los brazos de Morfeo, con la cabecita en el pecho ajeno, mientras que su manita diestra se negaba a soltar el pedazo de tela de la camisa de pijama ajena, arrugando un poco esta. Hao sonrió ante el acto algo infantil, pero sabía que ese agarre era más para asegurarse de que no estaría solo mientras dormía.

Así que luego de cerciorarse de que todo estuviese en calma cerró los ojos y se permitió dormir, abrazando al más pequeño.

Al mediodía, Zhang hao acompañó al menor a casa, luego de haber almorzado juntos, y se despidió de este pidiéndole que no volviera a llorar y que lo esperara en la tarde porque volvería con una sorpresa.

Hanbin con un semblante algo triste, por volver a casa y no ver a su perrito ahí -y también porque se tenía que despegar del mayor-, asintió y se despidió con un necesitado abrazo.

── No me importa la sorpresa, yo sólo quiero que estés conmigo ──le dijo bajito, el castaño era su apoyo emocional.

Hao se sonrojó por aquella oración. Sin embargo sabía a qué se refería al menor.

── Y estaré contigo, Bin . Tú sólo espérame, sé que la amarás ──prometió, para luego tomarlo de las mejillas y besarle con cariño la frente.── Espérame, ¿sí? ──

── Está bien ──balbuceó sonrojado y con un pucherito, recibiendo un último abrazo por parte del mayor antes de separarse y que este se marchara.

epiphany (haobin)Where stories live. Discover now