Capítulo 3: Una Vida Juntos

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El sol de la mañana iluminaba la cubierta de paseo, zara estaba dentro de la suite, terminando de arreglarse. Jonathan acostado aún en la cama le pregunta:

─ ¿ya irás a desayunar?
─ si Jeje, ¿no quieres ir conmigo? ─preguntó zara.
─ si iría, pero quiero ir con Christopher, necesito decirle algo

─ oh, está bien, regreso en un momento
─ está bien no te preocupes. ─dijo él

─ ¡bueno adiós! ─zara se va
─ Emm, zara espera...
─ ¿Qué pasa? ─preguntó ella.

─ ¿en verdad quieres ir a Elenveria? ─le preguntó Jonathan serio
─zara caminó hacia él y le respondió: ─ Jonathan... no te preocupes, estaré bien...

─ no lo sé zara, me preocupas y siento que no lo estarás, esto no es fácil, enfrentarte a algo que te causo mucho daño no es fácil, recuerda que podemos intentar cambiar la locación de la boda y que sea en otra ciudad

zara notó la preocupación de Jonathan, así que ella tomó la mano de Jonathan y le dijo:

─no te preocupes Jonathan... esto es algo que debo enfrentar, no puedo estar sacando la vuelta al problema, lo hice por once años y créeme que no fue fácil sacarle la vuelta a Elenveria. Siempre hubo al menos un momento en el que arruine planes solo para no ir, y esto no puede seguir así...

─está bien... lo que decidas está bien, pero cuando te sientas atrapada y sin nadie que te ayude, dímelo a mí, para eso estamos, para ayudarnos uno al otro... ─le dijo Jonathan.

─de acuerdo, no te ocultaré nada, la verdad te oculte esto porque pensé que podría con el peso que significa, pero no pude, pero te prometo que no pasará de nuevo... ─respondió ella
─ bueno, está bien, ¡adiós!
─ ¡adiós!

Zara salió de la suite y mientras caminaba por los pasillos y observa los acabados de la madera, además de las hermosas lámparas de techo que daban el toque de elegancia al barco.
Caminando empieza a pensar sobre lo que habló con Jonathan

─ «tengo que esforzarme para superar este miedo a Elenveria, en varias ocasiones me perdí de cosas inolvidables solo por este miedo, pero ya no, y también es verdad que no me puedo ocultar de la realidad, mis abuelos murieron de una manera trágica pero también los hiciste felices y ellos a ti, esos momentos son los que debería recordar»

Cuando llegó a el área de desayuno zara observó a la pequeña Miriam sola sentada en una mesa
zara llegó y se sentó:

─ ¡hola Miriam!
─ ¡hola zara!
─ ¿Cómo amaneciste?
─ ¡bien! ¿y tú? ─preguntó Miriam
─también amanecí bien, me pareces muy interesante así que, ¡cuéntame un poco más de ti!, si puedes claro ─dijo zara

─bien, nací en Elenveria, mis padres se llaman Emma y Daniel, como te había contado fui a Shinderfil a visitar a mis abuelos y me quede cuatro meses, pero ya estoy de regreso. ─ contestó Miriam

─ ¡bien, me alegra que regreses con tus papás de nuevo! ¿y cuántos años tienes?

─ tengo diez años, bien ahora cuéntame de ti.

─ pues tengo veinte años, nací en la ciudad de Efil, pero voy a Elenveria para vivir allí

─ ¿Por qué te vas a Elenveria? ─ preguntó Miriam intrigada

─porque me casaré en diez días. ─contestó ella

─ ¡¡wau!! ¿te casarás con un príncipe azul como en los cuentos de princesas? ─preguntó Miriam con una sonrisa inocente

─ si Jeje, como en los cuentos de princesas ─respondió zara, le pareció una niña carismática y muy gentil

─ Emm, ¿te gusta leer? ─dijo Miriam
─ sí, me encanta leer ─respondió zara
─ ¿te gustaría ir conmigo a la biblioteca?
─ ¡si! Me parece bien

Gigantic "un sueño imposible" Where stories live. Discover now