Capitulo 1

1.1K 95 12
                                    

Hace algunas semanas, la nieve parecía caer cual lluvia para asi cubrir el pueblo y la montaña por completo, me encontraba caminando sin muchas ganas a decir verdad, cuando de repente algo o más bien alguien choco contra uno de mis hombros.

Voltee para a si encontrar a un joven omega de cabello rojizo y unos cuantos mechones oscuros, su piel acanelada y sus ojos rojos cual sangre... aunque se notaba nervioso e incluso perturbado.

Cuando iba a preguntar el rápidamente se disculpo y empezó a caminar más rápido, casi corriendo.

Su actitud me pareció algo (muy) sospechosa por lo que decidí seguirlo...

"Dios, como puede seguir caminando aún? Yo ya me cansé"

Recuerdo haber pensado ya qué el camino era algo largo y apenas podía seguir su paso para no perderme.

Cuando por fin se detuvo, fue frente a una pequeña cabaña, ahí fue cuando note la pala que llevaba consigo.

Después de un rato observandolo, cavar al rededor de seis huecos en la tierra y nieve, cuando terminó desvío su atención a la entrada de su hogar (a mi parecer) caminó a paso lento sin despegar su vista hasta que se perdió de mía.

Estaba a punto de enviar a Kabaramaru quién iba conmigo, hasta que el chico, salió nuevamente trayendo consigo el cuerpo de una mujer hasta depositarlo con suma delicadeza en la ahora tumba, después se repitió con una pequeña y tres pequeños más.

Me extrañó ver como faltaba una tumba, el volvió pero no traía ningún cuerpo en vez de eso traía un kimono de color rosa coral con estampado de rombos, entre sus manos para después acomodarlo y al final sepultarlo junto a los demás.

Se introdujo una última vez y para ser sinceros estado tardando en salir, por lo cual finalmente envié a Kabaramaru para investigar y no pasa mucho cuando de repente el omega apareció a mi lado sacándome un brinco del susto, provocando que me cayera del árbol en el que estaba.

"Hola! Lo siento por eso, pero... Puedo saber la razón para que me siguiera y espiará?"

Sería mentir si dijera que no me corrió un escalofrío por la espalda y justo en ese momento mi compañero llamó su atención con uno de sus pequeños siseos.

El peligranete no tuvo problemas con dejarlo transportarse a su brazo para después volver a verlo.

"Que lindo... es de usted?" Me pregunto nuevamente pero esta vez con una ligera sonrisa, mientras le acariciaba la cabeza a Kabaramaru.

"Si, se llama Kabaramaru..." Di una respuesta rápida sintiendo unos pocos (muchos) celos hacia mi serpiente. A ese reptil si le daban una sonrisa y a mi una mirada peor que las de Shinobu.

"Y bien me dirá por qué me estaba espiando?" La pregunta volvió y me puse nervioso por lo cual recuerdo haber maldecido a Tomioka y Sabito más de mil veces por qué los dos fueron afectados por una técnica de demonio justo hace dos días atrás.

"Es un cazador de demonios, no?" Eso acalló todos mis pensamientos además de haberme dejado en un breve shock del cual
tarde en salir. Al momento de hacerlo el ya no estaba ni siquiera Kabaramaru haci que corrí a la cabaña para encontrarlo en medio de toda... la sangre, el al notar mi presencia solo volteo y...

"Ese demonio que buscas... hace horas que se fue..."

Ví como se ponía de rodillas mientras miraba al frente y sus ojos se cristalizaron, en un claro llanto retenido.

"Y con el... las vidas de toda mi familia..."

Abrí los ojos con sorpresa, todo empezó a tener sentido... las tumbas eran de su familia que había sido atacada por ese demonio.

Un Sol Para Obanai. Where stories live. Discover now