No puedo evitar querer verte

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Estuvimos abrazados por un rato hasta que me empezó a dar sed.

Me separé despacio de él pero no me dejaba escapar.

- No te vayas. - Comentó él quejándose.

- Tengo sed. - Respondí.

- No te voy a soltar. - Anunció abrazándome más fuerte.

- ¿Ah no?. - Contesté. Le comencé a hacer cosquillas en el abdomen y me soltó para que dejase de hacerlo mientras se reía a carcajadas.

- ¿Ves?, al final me he soltado. - Comenté mientras sonreía orgullosa.

Tom me abrazó por la cintura y se tumbó en la cama de nuevo dejándome encima de él. Ya no podía hacerle cosquillas, tenía los brazos más arriba de los suyos.

- Ahora sí que no te escapas. - Respondió sonriendo.

Pensé en algo, me quería ir pero no sabía cómo. Se me vino una idea a la cabeza, seguro que funcionaría.

Acaricié con mi mano derecha la mejilla de Tom mientras sonreía coqueta.

El chico hizo una media sonrisa mientras me miraba los labios y los ojos.

Con mi mano izquierda, comencé a acariciarle por la nuca. Giré mi cabeza un poco hacia la derecha indicándole que quería besarle.

El chico levantó sus manos con un poco de desconfianza y las colocó sobre mis mejillas atrayéndome hacia él delicadamente.

Mis labios rozaron los suyos, tenía un aliento olor a menta. Cerró los ojos y giró su cabeza también hacia el lado contrario al mío.

Sonreí, había conseguido lo que quería. Le dí un pequeño pico en los labios y me aparté de él lo más rápido que pude.

Se sentó de golpe con la boca abierta. - Qué traición. - Comentó mientras me miraba irme hacia la puerta caminando con tranquilidad.

- Hombres, qué fáciles sois de manipular. - Anuncié mientras me iba de la habitación sonriendo orgullosa.

Salí del cuarto y bajé las escaleras y pasé por el salón.

- ¿Estáis mejor?. - Pregunté riéndome.

- Ya les he tranquilizado. - Respondió Gustav riéndose también.

- Solo nos habíamos enfadado un poquito. - Anunció Bill.

- Es que ganáis siempre, eso es muy injusto. - Añadió Georg.

Todos los reímos.

Caminé hacia la cocina. Agarré un vaso de agua y me lo bebí. Suspiré. Dejé el vaso en el fregadero y me fui.

- Oye, ¿vamos a cenar algo?, porque yo no quiero, estoy súper lleno. - Anunció Gustav.

Me toqué la barriga. - A mí no me cabe nada más, he comido muchísimo.

- Yo igual. - Añadieron Bill y Georg.

- Yo me iré a dormir que tengo sueño. - Comentó Bill.

- Igual. - Respondió Gustav.

- Yo me quedo aquí viendo una peli. - Anunció Georg.

Nos despedimos de Georg. Subí con Gustav y Bill a la parte de arriba.

- Bueno, hasta mañana. - Comentó Bill.

- Buenas noches. - Respondí sonriendo.

- Igualmente. - Anunció Gustav sonriendo también.

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