«twenty»

34 13 2
                                    

Maratón: 2/2

Entro al departamento de mamá hecha una loca, la verdad no podía pensar en nada más cuando venía a casa, en ella y si de verdad le hicieron daño.

- ¡Mamá! - grito quitándome los zapatos en la entrada - ¡Mamá!

- ¿Por qué tanto alboroto? - pregunta ella saliendo a mí encuentro - Cariño - corre hasta a mí acunando mi rostro entre sus manos - ¿Por qué estás llorando?

Ni siquiera me había dado cuenta de eso.

- Pensé... pensé que.. - balbuceo con la voz quebrada.

- ¿Qué está pasando? Me estás preocupando.

- No quiero que te hagan daño, mamá - susurro abrazándome a ella, la aprieto tanto a a mí que tal parece que la romperé en cualquier momento.

- ¿Quién me haría daño? - ella arruga su frente con clara confusión.

- Te contaré algo, pero prométeme que no te alterarás.

Ella asiente haciéndome sentar en el sofá de la sala de estar junto a ella.

He tomado una decisión, le contaré todo, ella quizás pueda ayudarme.

Comienzo la anécdota desde la primera vez que se dió a notar el acosador. Le cuento todo con lujo de detalles, desde las pequeñas notas, las llamadas, los mensajes, el auto, la rata muerta. También lo del hospital con papá, el aborto, sus amenazas y como no, la llamada que recibí hoy incluso.

Ella parece en shock con cada una de mis palabras, como si se le hubiese escapado el alma del cuerpo y lo entiendo, es algo duro de asimilar. Está extrañamente muda, pero en cuanto termino mi historia no duda en abrazarme, llora en silencio apretándome y acariciando mi cabello.

Esnifa su nariz antes de hablar y seca sus ojos regalándome una sonrisa, pero ésta no es de felicidad, más bien se siente amarga como la hiel.

- No puedo creer que te hallas guardado todo ésto por tanto tiempo - es lo primero que dice - Y entiendo que tenías miedo de que nos hicieran daño, pero cariño, tenías que haber confiado primero en nosotros.

Y lo sé, fallé en eso y no tengo cómo enmendarlo y es por eso que lloro, aunque las lágrimas no sean capaces de arreglarlo.

- Pero vamos a ser más inteligentes ésta vez.

- ¿Uh?

- Déjamelo a mí, tú solo deja de llorar - besa mi frente - Ve a descansar un poco, anda.

- Pero...

- ¡Ve a tú habitación! - ordena con seriedad.

Parece enojada, pero no replico nada más y le hago caso. Me encierro en mi habitación y prefiero desconectar de la realidad al menos un rato. Me acuesto en mi cama quedando en los brazos de Morfeo, estoy cansada y aturdida por las palabras de mamá. Me aterra lo que su mente esté maquinando.


[...]



Despierto por culpa del hambre, después de darme una ducha rápida me dirijo hacia la cocina, pero encuentro una nota de mamá pegada al frigorífico.

“Salí un momento, volveré tarde.
Si tienes hambre la cena está en el horno.
No me esperes despierta, te quiero♡”

YOUR EYES TELL // JEON JUNGKOOK; BTS  [TERMINADA]Where stories live. Discover now