6. Confidente

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Capitulo 6

Confidente

La junta se había terminado, con un espíritu bajo el vicepresidente aceptó dirigir la empresa en el periodo donde la señorita Uraraka no estaría por la gala. Escuche que es un evento que se hace cada año donde las empresas invitadas regalan alguna posición de valor, boletos de viaje, joyería, pinturas, lo que sea, y que el dinero recolectado se ira a las organizaciones de caridad para ayudar a los niños o algunos centros médicos, orfanatos y financiar proyectos de innovación a estudiantes.

Seguramente por lo bien que es organizada la señorita ya tiene en mente que objeto pondrá en la subasta. Imagino -es más que obvio- que ese evento es al que ella asistiría con quien era su ex, y debo portarme a la altura de todas esas personas con mucho dinero, lo único malo es que no tengo un traje nuevo, pero con el nuevo sueldo que tendré al ser el nuevo vicepresidente financiero lo poder pagar.

—Les hare saber a toda la empresa de que tenemos a un nuevo vicepresidente -me dijo Shinso que no apartaba la mirada de su celular, estaba muy ocupado tecleando. —Puedes cambiar tus cosas a la oficina correspondiente, está limpia, la decoraras a tu manera —terminó de escribir y finalmente me miró —felicidades, Midoriya.

—Gracias, muchas gracias, Shinso —asentí sin ocultar mi sonrisa. Me sentía muy feliz de tener un nuevo cargo en la empresa —sí, eso mismo hare. Nos vemos —él asintió y caminó hacia su oficina, todos los que pertenecen a la mesa redonda tenían su oficina en el mismo pasillo y planta donde estaba la oficina de la señorita Uraraka.

Me dirigí a mi vieja oficina, agarre una caja de cartón que ya me habían dejado y pase todas las carpetas, libros contables y documentos que necesitare. No tenía gran cosa en la oficina, no estaba decorada y nada, solo era una oficina común y sencilla. Sonreí cuando mire sobre el escritorio la agenda color rosa de mi jefa, la coloque encima de los documentos que estaban sobre la caja.

Caminaba hasta la nueva oficina, frente a dicha oficina había un cubículo donde imaginaba que era el área de trabajo de la secretaria... ¡Oh mierda! Me acabo de dar cuenta que, si el señor Takemuchi ya no está, eso me convierte en el jefe directo de Mina.

Me parece divertido y aterrador, no cabe duda de que ahora que estaremos más juntos me hará demasiadas preguntas y debo de contarle. Solo ella puede saber la verdad. Por suerte no estaba en su cubículo, suspire relajado y entre en la oficina, me pare frente al escritorio y deje la caja de cartón ahí mismo, comenzaba a sacar todo lo que traje.

—Midoriya, ¿qué haces aquí?

Me asuste, no la esperaba tan rápido. Estando de espaldas no veía quien entraba y parece que la puerta se quedó abierta. Me ha dado un susto que lo pude controlar.

—¿No usas tacones? Porque no suenan, me has asustado, piensa más en mi corazón, ¿sí? —Le respondí en un tono dolido, claro todo esto como una broma.

Di la vuelta para ahora estar en la silla del escritorio, Mina arrugó sus cejas y se cruzó de brazos.

—Mmm, ayer la presidenta te invita a comer, dejándome plantada a mí, hoy te veo en la oficina de mi jefe que por cierto no ha llegado.

Sonrió mientras guardo las carpetas en los archiveros.

—Te equivocas, tu jefe ya llegó —le sonreí. Mina vuelve a arrugar sus cejas y sale por un momento de la oficina y regresa.

La inesperada propuesta de mi jefa Izuocha Where stories live. Discover now