El destino es algo insertó, nunca sabes lo que puede llegar a pasar.
Hace un par de años si me hubieran dicho que he llegado a donde estoy les hubiera dicho que están locos y que yo nunca haría algo como esto pero aquí estoy, en este punto de mi vid...
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Narra Elisa
2 años después
Han pasado dos años desde que deje a Tom, he estado viviendo sola, le pedí un tiempo a Sebastian y le dije que él es libre de poder salir con quién él quisiera, lleva un año saliendo con una chica y al parecer se llevan demasiado bien.
— Mami - Mel habló -
— ¿Qué sucede?
— Ya termine de lavar mis dientes.
— Bien entonces toma tus cosas para ir a la escuela mientras yo tomó lo de Adam.
— Sí mami.
Ahora vivimos en el departamento, mi abuela quería que me quedará con ella pero le dije que ya debía irme y estar sola con mis hijos. Fui a dejar a Melisa a la escuela, conducía para dejar a Adam en el prescolar.
Regrese al departamento luego de ir al supermercado a hacer unas compras para el fin de semana, iba a entrar al edificio cuando sentí que alguien venía detrás de mí.
— Elisa.
— ¿Tom? - giré a verlo - hola ¿Qué haces aquí? Se supone que irás por los niños más trade, recuerda que tienen escuela hoy.
— Sí, lo sé pero quería hablar contigo de algo.
— Oh... Bueno subamos al departamento.
— Dejame ayudarte.
Tomó unas cuantas bolsas que tenía en la mano, ambos caminamos al ascensor, subimos hasta el piso del departamento y entramos, deje las cosas que tenía sobre la mesa y él hizo lo mismo.
— Dime ¿Qué sucede? - pregunté viéndolo -
— Quiero saber cómo estás - me miró -
— Hmm estoy bien - respondí - gracias.
— ¿Cómo te has sentido?
— Pues bien... Un poco presionada por el trabajo que tengo que entregar en fin de mes pero todo ha estado bien ¿Y tú? ¿Qué me cuentas? ¿Qué has estado haciendo?
— Pues también he estado trabajando demasiado las ultimas semanas, ya sabes como son estás fechas - me miró -
— Sí, algo me dijo Mel - sonreí de lado - sabes que ella se da cuenta de todo.
— No se le escapa nada - soltó una risa y agacho la mirada - esa niña es increíble.
— Por algo es nuestra hija - reí -
Él sonrió de nuevo.
— ¿Y cómo te has sentido tú? - lo miré - ¿Qué hay de nuevo?
— Nada, me he sentido bien - respondió - de hecho voy una vez a la semana con la terapeuta y siento que me ha servido demasiado, me es de gran ayuda.