CAPITULO 2: MENTIRAS

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Marlene.

Andrew sonríe con la mirada iluminada mientras me mira como cuando era su niña pequeña, podría parecer incluso que un atisbo de orgullo paternal surca el fondo de sus azulados ojos cuando me regala un leve asentimiento antes de ponerse de pie y caminar por el lugar, una punzada en el estomagó me hace volver a la realidad al recordar el estado deplorable en el que se encuentra nuestra relación y las recientes palabras de Tobías resuenan alarmantes en mi cabeza, una y otra vez.

No concibo explicación lógica para sus actos ¿Cómo es posible que haya podido engañar a mi madre, si es el hombre al que más he visto darlo todo por una mujer? Tal vez Andrew y Karolyn no han sido los mejores padres en los últimos años, pero su matrimonio siempre ha sido algo realmente envidiable para todos quienes los rodeamos.

Han sido pareja desde muy jóvenes, viviendo juntos las mejores y peores épocas del otro, hombro a hombro, sin separarse en ningún momento, tener un amor como el suyo es sin duda alguna mi mayor inspiración en el amor.

Tener un compañero de vida que valora, respeta, admira, apoya, comprende e inspira lo mejor de sí mismo en el otro; ha sido siempre mi sueño desde niña ser admirada por los hombres de la misma manera en la que Andrew admira e idolatra a Karolyn.

Como si el mundo comenzara y terminara en ellos, que, al estar juntos, el resto del mundo desapareciera y solo existieran ellos dos.

Romántico, poético, patético y demasiado bueno para ser real, lo sé, pero, aun así, han sido la pareja perfecta y respetable de nuestro circulo por años.

Sin embargo, me intriga saber más de lo sucedido, de ser verdad la acusación de mi hermano ¿Cómo es que dejo que lo descubrieran?, la experiencia con esta familia me dice que todo esto tiene un trasfondo que tarde o temprano terminara por explotarnos en la cara.

Si bien es cierto que en los últimos años me hice a un lado en la familia, de estar separados lo habría sabido pues tengo ojos y oídos sobre todos los miembros de mi familia, incluyendo a los que no son potencialmente una amenaza para mi posición.

–Debemos hablar –Tobías entra nuevamente en la sala de juntas.

–Te dije que esperaras en mi oficina –reclamo.

–Ya estamos solos ¿No?

–Bien, pasa y siéntate, hablemos de lo que está pasando –le doy un sorbo a mi té mientras me reclino en mi silla nuevamente.

–¿Cómo pudiste engañarla? –le reclama Tobías dando un golpe en la mesa, a un despreocupado Andrew que descansa apoyado en uno de los ventanales.

–Eso es algo entre su madre y yo –asegura él restándole importancia.

–¿Coger en la oficina es parte de la rutina laboral? –digo con sarcasmo –porque esa parte del trabajo si me interesa.

–Marlene –me reprende Tobías con la mirada.

Respeto su posición y logro entenderlo, de los tres, él es quien tuvo padres amorosos, preocupados, entregados y comprometidos con su crianza, es el más noble, sensible, cariñoso y trabajador, no tiene un mal concepto de su familia, ni se enfrasca en temas que puedan lastimarlo, sin embargo, eso lo hace el eslabón más débil, el que nos trae más problemas a todos.

–Tienen derecho a estar molestos, pero no solo deberían encararme a mí.

–¿Ahora también meterás en esto a nuestra madre? Eres un cínico descarado –Tobías camina por la habitación como león enjaulado y es la primera vez en mi vida que lo veo realmente consternado.

–Su madre y yo somos adultos, libres de hacer lo que nos plazca, al igual que ustedes –nos señala a ambos.

–Nosotros somos sus hijos y tenemos derecho a saber lo que pasa entre ustedes –asegura mi hermano.

ABISMO: UNA TRAICIÓN TAN LETAL COMO EL VENENOOù les histoires vivent. Découvrez maintenant