Deku

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- ¡Qué cruel eres, Kacchan! ¿!No ves que está llorando...?!? N-no te voy a permitir que sigas abusando de él!!!!

- A pesar de no tener un quirk! ¿¡Pretendes ser un héroe Deku?!

Aún recuerdo ese momento...

Recuerdo cada una de las quemaduras, golpes e insultos que recibí ese día, porque quedaron marcados por cicatrices que hasta el día de hoy no se quitan por completo.

Solo por defender a alguien. Como un héroe haría.

De pequeño no lo entendía, no entendía porque mis "amigos" no deberían molestarme, pensaba que eso era correcto, que estaba bien. Todos actuaban como si así fuera, incluidos los adultos. Al no tener quirk no era normal, era un fallo. Yo era insignificante. Y mis "amigos" aún así me ubicaban, me veían. Así que pensé que si ese era el costo para que me vieran, lo aceptaría. De todos modos no merecía algo mejor.

Rara vez encontraba personas de mí misma condición, era un alivio que alguien pudiera entender lo que era no tener quirk y de cierta forma compartir el mismo trato. A pesar de que yo siempre era el centro de atención.

Incluso entre nosotros había favoritos.

Si podemos considerarlo así...

El chico al cual "defendí" me dejó de hablar desde entonces, en sus palabras fue para evitarme más problemas, aunque la verdad creo que perder a mi único amigo que tenía en la escuela me ocasionó más problemas que ventajas. Con él presente, al menos una parte del bullying se repartía. Al irse de la escuela, yo era el único objetivo todos los días.

Me convencí de sus palabras filosas, de sus insultos y ofensas. Me convencí de que eso era lo que merecía. Sin embargo mi madre no, ella siempre me protegió. Ella fue la razón por la cual nunca me rendí en intentar ser un héroe. Me defendió a capa y espada de cualquiera que se atreviera a decir que no valía y que era patético que siquiera intentará ser un héroe. A cualquiera del que se enterará, claro está. Pero a pesar de ello, no podía evitar el bullying que sufría en la escuela. Cuando notó que empezé a tener heridas regresando de la escuela se preocupó mucho, aunque nunca lo admití, por más de que ella me lo suplicará. Solo la hubiera metido en más problemas.

Conforme avanzaron los años las consecuencias del bullying se hicieron presentes. Tenía... ataques de pánico cada día, llamados por los maestros como mis momentos de locura. Decían que era para llamar la atención. Me tachaban de exagerado, dramático y falso. Mi madre era llamada constantemente debido a ello, siempre acompañada por las palabras "su hijo es un problema." Mamá me llevó a un sin fin de doctores para que me ayudarán, cosa que no pasó, ya que me rehusaba a hablar de lo que pasaba dentro de la escuela. Ese era el trato.

Huh, su única solución para que al menos evitará que me dieran mis ataques de pánico es de lo poco que aún recuerdo con claridad.

- Izuku, escúchame sí? Cada vez que te sientas así, cada vez que algo malo te pasé y sientas que vas a explotar cierra los ojos y cuenta hasta 10 lentamente. Vas a ver cómo al terminar y abrir tus ojos, todo estará mejor.

- ¿Y si nada mejora?

- Entonces... vuelves a contar hasta que todo mejore. O hasta que yo llegué Izu. Siempre encontrarás un lugar seguro en mí. Puedes confiar en ello.

Y funcionó. Contar hasta 10 me calmaba. Pensaba en mi mamá cada vez que lo hacía, sentía que ella estaba junto a mí, junto a su hermosa sonrisa que no transmitía más que paz y tranquilidad. Y justo cuando abría los ojos el cielo se hacía más azul, más bello.

CUENTA HASTA 10, DEKU!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora