CUENTA HASTA 10, DEKU!

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Katsuki Bakugou.

Ese solía ser el nombre de mi amigo de la infancia. Antes de que todo se torciera.

Si bien teníamos diferentes personalidades, teníamos mucho en común. Eramos muy cercanos, nuestro gusto por los héroes y por All Might nos caracterizaba y distinguía del resto. No había día que en general no pasáramos juntos. Jugábamos por horas fingiendo ser héroes y villanos, imaginando cual sería nuestro quirk, dibujando nuestros futuros trajes y creando lo que creíamos se convertirían en nuestros nombres profesionales.  Veíamos grandeza en nuestro futuro y estábamos ansiosos porque llegará.

Cuando llegó el día en que Katsuki por fin recibió su quirk, comprendí que él desde un inicio estaba destinado a ser un héroe prodigio. A uno de los mejores de la época incluso. Tenía tanto potencial y con su inteligencia, no habría barrera que impidiera su inminente ascenso.

Cosa que el entendió perfectamente.

Todos lo halagaban constantemente diciéndole que probablemente se convertiría en el próximo símbolo de la paz. Que era brillante, espectacular, sorprendente, increíble y un montón de elogios que ya ni recuerdo. Con tan solo ver la cara de Bakugou era evidente la gran ilusión y ego que se le estaba formando. Nunca perdía la oportunidad de lucirse frente a los demás haciendo demostraciones de su quirk y hablando de su futuro como héroe por horas.

Genuinamente me sentía feliz por él. Al fin y al cabo era nuestro sueño y ver que sí era posible al menos en el caso de Katsuki, me alegraba de verdad. Solo faltaba yo.

La emoción y ansiedad porque mi quirk apareciera consumía cada uno de mis días de esa época. Me preguntaba qué clase de quirk sería y si sería alguno tan impresionante como el de Katsuki. Mi rutina del día a día se volvió en despertar, desayunar, ir a la escuela, regresar a casa y ver un sin fin de veces los vídeos de All Might mientras jugaba con su figura de acción (Cuidadosamente claro, no quería romper mi figura.) esperando a que mi quirk apareciera.

Los días fueron pasando y no había señal de que mi quirk apareciera pronto. Me empezé a desesperar y a frustrar. No podía jugar con "mis amigos", no me dejaban. Decían que solo aquellos que tuvieran quirk podían hacerlo, que era riesgoso para mí y que en cuanto apareciera el mío finalmente me dejarían jugar. Muchos de esos días me la pasaba jugando solo o leyendo para matar el aburrimiento. O tal vez era para matar ese innegable pensamiento que me torturaba todas las noches.

'Tu quirk no aparecerá '

'Ya han pasado meses, no es normal '

'No tengo quirk'

Y ese pensamiento era mi peor pesadilla, que finalmente se volvió realidad cuando mi mamá me llevo al doctor.

"Deberías rendirte"

"No tienes quirk"

Decir que mi corazón se rompió se queda cortó. Sentía que mi mundo se había derrumbado. Ser héroe era todo lo que alguna vez quise y soñé, era todo lo que el mundo esperaría. En una sociedad como la nuestra, siempre se te está bombardeando sobre lo grandioso de los héroes y como castigan a los villanos haciendo una sociedad mejor, pero y de los héroes sin quirk? Siempre se habla de lo grandioso que es tener un quirk, pero nadie nunca habla sobre lo que no es tener uno. Una vez le dije a alguien que no tenía quirk y me contestó con un "¿Eso es posible?".  Porque eso ahora es lo raro. Porque tener un quirk es lo que te hace especial, sin uno, no eres nada. Nadie habla de ello, es como si no existieramos...