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Ashley Choi.

―Será mejor que no hagas ninguna tontería, Ashley.  ―Me advirtió el obispo haciendo que yo rodara mis ojos ámbares. El ambicioso no se cansa de repetirme lo mismo cuando salimos, solamente gasta saliva porque siempre hago lo que se me antoje.―Recuerda usar pociones.

Asentí de forma desinteresada para después subirme al carruaje que nos llevara a las orillas del reino caro y solo escuchó un suspiro atrás de mí. ¿Cuántas canas no le he sacado al pobre viejo? Demasiadas.

Unas horas después.

―¿Tú eres la nigromante, no? Un gusto, mi nombre es Ashley Choi.

Extendí mi mano hacia la de capa negra, pero ella solo se hizo para atrás provocando que mi sonrisa se borrara por completo al ver su acción. La observé con desprecio e intenté acercarme nuevamente.

―Eres muy grosera, ¿lo sabes?

―Ashley si tocas a la nigromante podrías matarla.

Me congelé por completo por las palabras del obispo principal, mire hacia Jessie, el cual asintió al ver mi mirada. Inconscientemente, di un paso hacia atrás. Aprecio mi vida, todavía no me he vengado de él.

Aparte, ¿por qué nadie me dijo eso que podría matarla?

―Oh...  Una disculpa, no sabía que podría matarte al hacer contacto contigo. ―Me disculpé con una sonrisa.―Solo quería ser tu amiga.

―¡Ashley!

―¿Que? Fue increíble como controlo a ese dragón, Obispo-nim.

Él me observo de manera asesina, después miro a Jessie que solo pasaba sus manos por su cara. Sabía que un posible regaño llegaba.

Volteo a mirar a la nigromante al sentir que levanto su cabeza para verme. Unos ojos morados se cruzaron con los míos y sonreí más.

―Ashley, ven aquí. ―Jessie me llamo haciendo que camine hacia él para ponerme a lado de él. ―El obispo-nim te castigará más tarde.

No era la primera vez que decían eso, así que no le tome importancia.

En cambio, observe a la nigromante, ella fue la que me sorprendió en esa batalla. No tuvo miedo de revelarse sabiendo que la van a cazar pronto, o será que siente que la protegerá ese pelirrojo y el maestro.

Quien iba a imaginarse que en ese territorio, se encontrarían muchos monstruos esperando poder salir y devorar a sus enemigos..

―Por supuesto, no tienes que preocuparte. Al menos el Reino Caro y el Imperio Mogoru no tendrán que preocuparse. Sin embargo, es imposible para el Reino de Roan. ―El príncipe Valentino frunció el ceño y miro al obsipo.―No puedo hacer nada al respecto, su alteza.

El obispo sonrió y señaló hacia el Reino de Roan.

―Esa persona morirá si se usa el poder divino sobre ella.

El obispo estaba señalando la túnica negra.

―Ella es una nigromante que come maná muerto para sobrevivir.

La iglesia necesitaba tener una relación positiva con el Imperio para obtener beneficios futuros. Sin embargo, las acciones del Reino Roan para apoyar a un nigromante fue algo que los hizo perder la cara.

El Duque Huten del Imperio dejó escapar un gemido y se reclinó en su silla. Era su manera de decir que no se iba a involucrar.

―Obispo, ¿sabe lo que significa actuar de esta manera frente a las personas que han venido a ayudarnos?

―Nuestra decisión es firme.

―No puedo hacer nada al respecto. Originalmente, también tratamos de ayudar a la gente del Reino de Roan, sin embargo, el Comandante Cale y el reino de Roan se negaron a entregar al nigromante.

―¿Es eso así? ¿Planeas jugar con la vida de las personas de esta manera? ―La expresión del príncipe heredero Valentino cambió.

―Solo digo que hay alguien que no puede ser sanado, así como personas que no tienen las calificaciones para ser sanadas.

―¿Por qué no merecen ser salvados? ―Pregunte confundida.

Observe al obispo Jessie, el cual estaba agarrando mis hombros.

―Por el nigromante, él es una existencia maligna, Ashley.

Miré a la nigromante, no parece mala persona en lo absoluto. Si fuera, malvada hubiera dejado que el reino Roan fuera destruido.

―Increíble. No sabía que dirías tanta mierda en un lugar como este.

El comandante del reino Roan hablo haciendo que la cara del obispo se ponga roja de ira. Sus confiadas palabras cambiaron la atmósfera.

―No lo necesito. No necesito ninguna curación de bastardos como tú. ―Una sonrisa malvada se posó en mis labios, él era asombroso.

―¡Qué es este lenguaje crudo! ¡Mostrar tal actitud hacia nosotros!

Antes de que le respondiera, di un paso al frente y mire al príncipe.

―Su alteza, ¿Puedo ayudar al héroe del reino roan con la curación?

La cara del obispo se desfiguró al escuchar mi petición. Sabía que iba a estar en problemas, pero que importa. Estoy acostumbrada a eso.

―¡Ashley! ¡Tú no vas a ayudar a esas personas malagradecidas! ―El obispo me toma del brazo con fuerza, provocándome un fuerte dolor.

―¡Obispo-nim, suéltela, acaso no ve que la esta lastimando!―Jessie le grito mirando la cara de dolor de su discípula.―Ella se equivocó.

Todos en la sala de reunión se sorprendieron ante esa reacción.

―Obispo, suéltela. ―Ordeno el príncipe. ―Ella formará parte del comandante Cale.―Al escuchar eso, siento una presión más fuerte.

―Cuando termine esto, tendremos una charla.―Al decirme eso, me soltó. Mi brazo estaba rojo donde fue agarrada, Jessie solo negaba.

Muchos admiran al obispo por ser bueno, pero es un monstruo.

(...)

The saint; Cale Henituse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora