Capítulo 7

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Advertencia: Violencia doméstica. Este capítulo es mucho más fuerte y explícito que los anteriores.


Era una verdad universalmente admitida -si quería ser presuntuosa, citando a Austen- que cualquier viaje vacacional y recreativo podría resultar mucho más estresante y agotado que simplemente quedarse en casa. Fuyumi había guardado la esperanza de que ese no fuera su caso, pero más temprano que tarde fue sospechando que su viaje de parejas se volvería como aquella horrible paradoja de la familia que pasó tres horas en la calurosa carretera sólo para conseguir un helado y así aliviar un poco el calor.

Para empezar, Koichi les había hecho creer que tendrían un divertido viaje en carretera en el cual podrían hacer diferentes paradas para explorar los pueblos y ciudades que se hallaban entre Shizuoka y Wakayama. Sin embargo, casi en el último momento les rápidamente que tendrán que tomar un autobús comercial, puesto que su auto se hallaba en el taller y no tienen una camioneta con suficiente espacio para todos.

Fuyumi quiso mencionar que ella no había visto el auto de Koichi desde su primera cita, pero se mordió la lengua para no aumentar la discordia. Umeko y Ryu ya parecían suficientemente molestos con su novio para que ella lo acusara de algo sin importancia.

Por otro lado, ella le había sugerido pedir prestado el auto de su padre, pero sólo resultó peor.

─ ¿Por qué crees que me gustaría rebajarme frente a tu padre, el todopoderoso héroe número uno, sólo porque mi auto tuvo un fallo mecánico? ─le soltó con una molestia totalmente desproporcionada, apartándola de la otra pareja para que no los escucharan discutir. De todos modos, Fuyumi sintió la mirada de Umeko sobre ellos en todo momento─. No fue mi maldito error.

─ Lo sé ─Fuyumi intentó calmarlo con una voz suave, aunque también estaba un poco molesta. El calor había vuelto a sofocarla aquel día─. No intentaba decir... ─Sacudió la cabeza, sabiendo que no tenía caso─. Sólo déjame hablar con él, sé que si se lo pido yo, mi papá...

─ Ah, no. ─Koichi la miró de una manera tan fría que la hizo callar sin ni siquiera levantar la voz─ Ni lo sueñes. No vas a dejarme como una idiota cobarde frente a tu padre, Fuyumi.

─ Yo no quería...

─ Vámonos.

Ni Fuyumi, ni Umeko ni Ryu se sintieron capaces de discutir con Koichi, así que accedieron a tomar el autobús. Hacía calor y sus vacaciones todavía ni siquiera empezaban, y por mucho que Fuyumi intentara verle el lado bueno a las cosas, no dejaba de sentir que todo era su culpa.

El viaje en autobús no fue tan malo como esa paradoja de la familia buscando un helado, con el aire acondicionado y las bonitas vistas de bosques, montañas, campos y una costa interminable de océano azul al otro lado. Aún así, Fuyumi no podía sentirse más incómoda.

Koichi había elegido ignorarla durante todo el viaje, sumido en un sueño profundo o revisando su teléfono. Ella decidió hacer lo mismo, mirando siempre por la ventanilla para intentar distraer sus pensamientos sin mucho éxito.

Para cuando llegaron a Shirahama, todos estaban tensos y con las extremidades adormecidas.

Fuyumi podría haber jurado que Umeko estaba lista para saltar sobre la yugular de Koichi hasta que su novio revelara el lugar donde se hospedarían las siguientes dos semanas.

Incluso una mujer cansada, hambrienta y malhumorada como Umeko podía apreciar la belleza de aquel par de cabañas playeras, tan bonitas y con vista al mar. Era el lugar perfecto para un par de parejas jóvenes, lejos de las avenidas principales y con unos jardines preciosos que les proveía de gran privacidad.

GaslightingWhere stories live. Discover now