2.- Distanciamiento y hostilidad.

3.9K 355 252
                                    



"And I'm so furious at you for making me feel this way" - Taylor Swift (Gorgeous)

2021

Después de ese primer día y esa comida, Gavi se convirtió en alguien habitual en los entrenamientos, adaptándose rápido al juego del Barça y al funcionamiento del equipo. Comenzó a llevarse mejor con los compañeros y soltarse cada vez más con ellos, permitiéndose mostrar del todo su personalidad y olvidar el nerviosismo inicial. Se dedicó cada día a demostrar que tenía lo necesario para estar ahí, tanto dentro como fuera del campo. Se empezó a dejar ver tal y como era, una fuerza imparable en el fútbol y un chico revoltoso el resto del tiempo, permitiéndose ser él mismo y siendo aceptado con facilidad por sus compañeros. Intentó centrarse únicamente en el fútbol y alejar las distracciones de su mente, poniendo todo su empeño en convertirse en el jugador que sabía que podía ser y enfocando todas sus energías en conseguirlo.

Y Pedri lo intentó, claro que lo intentó. Sin embargo, los días pasaban y Gavi parecía alejarse cada vez más, relacionándose con todos menos con él. Durante el primer mes, Pedri no dejó que eso frenase sus esfuerzos por acercarse al menor, intentando hablar con él en el vestuario o en el campo y buscando cualquier excusa para entablar una conversación. Se convenció de que quizás Gavi solo necesitaba tiempo para adaptarse y asentarse en el equipo antes de abrirse del todo, pero se le hizo imposible seguir engañándose a sí mismo cuando día tras día le veía reír con los demás y hablar con cualquiera. El problema no era Gavi, al parecer, el problema era él. No sabía qué había hecho para ganarse esa indiferencia y ese distanciamiento que Gavi había creado entre ellos, pero comenzaba a cansarle el hecho de ofrecerle la mano para llevarse una bofetada a cambio. No literalmente, porque Gavi no le tocaría ni para eso, pero se sentía como una hostia en la cara cada vez que intentaba acercarse a él y era rechazado de nuevo. Nunca era de forma evidente, pero sus contestaciones eran simples cuando le hablaba y sus sonrisas falsas cuando le miraba. Y Pedri era lo suficientemente inteligente como para captar la indirecta de que Gavi no quería tener nada que ver con él.

Los días se convirtieron en semanas sin que apenas se diesen cuenta, la distancia entre ellos creciendo cada vez más. Porque Pedri ya no tenía fuerzas para seguir buscándole y Gavi había logrado convencerse de que Pedri solo existía dentro del campo, de que el resto del tiempo Pedri era algo que tenía que ignorar. Y cuando llegaron los amistosos de pretemporada y Pablo pudo disfrutar de sus primeros minutos jugando con el primer equipo del Barça, estaba más que preparado para ese momento. Salió en la segunda parte del partido contra el Nàstic de Tarragona y se dejó la piel en el campo. Reveló su capacidad de entender y controlar el juego, tanto de forma ofensiva como defensiva. Se mostró seguro y con personalidad, y se ganó el corazón de todos los culés y el de media población femenina.

Y apenas 15 días después de ese partido, el club catalán hizo el anuncio que sacudió el mundo del fútbol: Messi dejaba el Barça. Después de varios años de gastos excesivos y las consecuencias financieras de la pandemia del coronavirus, simplemente no podían permitirse extender una nueva oferta de contrato a Messi, a pesar de que Leo había valorado un recorte salarial del 50% con tal de quedarse en el equipo. La noticia conmocionó al barcelonismo entero y en especial al equipo. Ninguno daba crédito con lo que estaba pasando y algunos se negaron a creer que fuese real hasta que unos días después, Messi hizo oficial su despedida.

Gavi había tenido la suerte de compartir unos meses con el argentino en los vestuarios y entrenamientos, no había llegado a jugar con él y nunca se había atrevido a relacionarse mucho con uno de los futbolistas más idolatrados de la historia. Y si aún así, la noticia fue un golpe duro para él, no podía ni imaginarse lo que tuvo que suponer para los demás. No pudo evitar pensar en Pedri, en lo cercano que había parecido con el argentino y en la complicidad que había visto entre ellos en el campo. Tenía que estar destrozado, al igual que el resto de sus compañeros, que no solo perdían a un jugador fundamental en el equipo sino también a un amigo.

Ramé | Pedri & GaviWhere stories live. Discover now