⎇ Dos

506 85 36
                                    

Los días siguientes se caracterizaban por ser igual de caóticos, pero sin que un animalito de globo faltara en el mismo parque a la misma hora todas las veces que iba. Con un poco de ayuda, o sea Kyouka y sus instintos de asesina, llegó a la conclusión de que existía alguien en algún lugar de la ciudad que se encargaba de robarle un par de sonrisas en circunstancias difíciles.

Fue quizás más complicado calmar a Dazai, quien se encontraba sumamente inquieto cuando se percató de los regalos que recibía el albino casi a diario. No le encontraba mucho sentido a sus reclamos, porque para que fueran válidos, él por lo menos debería tener la consideración de hacer su trabajo.

Por lo que, acabó ignorando todas sus quejas y reclamos, para seguirse enfocando en lo que sí le interesaba. 

El aroma del parque siempre lograba relajarlo, además de que era su pequeño lugar de escape y paz día tras día. No lograba ese nivel de calma en ningún otro lugar, habían ocasiones en las que incluso recordar la fecha se le hacía un dolor de cabeza y simplemente respondía lo primero que se le venía a la mente. ¿Eran mucho pedir unos minutos para poder pensar en sus propias cosas?

Recibió un mensaje de Tanizaki esa misma tarde, preguntándole si querría venir a pasear un rato a la plaza comercial y comprar las decoraciones de primavera para la agencia. Y aunque la verdad no tenía muchas ganas de salir y preferiría quedarse a dormir, podría ser una buena oportunidad para averiguar más acerca de su persona secreta.

La plaza siempre estaba plagada de gente en tiempos de clima agradable, ni muy frío ni muy caluroso, lo suficientemente refrescante como para dejar que la brisa jugueteara con su cabello al momento de salir de la residencia.

Aunque, si se hubiera percatado de que cierta persona lo venía siguiendo desde hace varias calles atrás, seguro se habría arrepentido y encerrado de nuevo en su casa.

Al llegar al lugar acordado, de todos modos se arrepintió de haber ido, supo que estaba haciendo mal tercio entre los dos hermanos no tan hermanos. Honestamente ya ni se tomaba las cosas tan a pecho, nunca sabría bien qué tipo de relación tendrían ellos, pero si eran felices así, él no era nadie para impedirlo.

Así que, se fue separando de ellos poco a poco hasta perderse entre la gente, no sin antes avisarles con un mensaje de texto que tuvo una pequeña emergencia y Kyouka lo necesitaba de inmediato en casa. Era una leve mentira piadosa, pero es que no quería estar incómodo durante todo el resto de la tarde.

Si debió quedarse a dormir, ahora que ahora lo analizaba con la mente en frío.

Sin embargo, se detuvo en seco por unos instantes, debido al brillo deslumbrante del globo con helio que había flotado hasta quedar al frente suyo. Descartó la opción de que era algún tipo de acosador, puesto que, no tenía pruebas de que fuera un peligro potencial e inclusive Ranpo le mencionó que no tendría de qué preocuparse si decidía investigar sobre ello.

Inconscientemente, una sonrisa tonta se dibujó en sus labios y sus ojos volvieron a tener ese ligero brillo de paz y entusiasmo que siempre adoptaban al tener ese cálido sentimiento que le hacía tan feliz. Tomó el cordel que sostenía un rollo de papel y mantenía el peso del globo estable para que no saliera volando, con sumo cuidado y alejándose del montón de gente, desenrolló la nota. 

"Con cada día que te veo, descubro una cosa más que me gusta de ti".

Hace un tiempo que los pequeños mensajitos empezaron a llegarle, la caligrafía era realmente de admirar y que esa persona estuviera usando tinta en lugar de simplemente un bolígrafo provocaba un temblor en su corazón. Atsushi era alguien sencillo que siempre amó ese tipo de detalles, por lo que amaba eso aún más.

Déjame enamorarte // NikoAtsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora