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-Nadie querida, es sólo que he oído hablar de la guerrera de ojos bicolores- sonríe levemente- y conocí a vuestra antepasada- le miro con asombro- sí, era muy parecida a usted, mi señora- 

-¿Qué más sabéis de mí?- pregunto con cautela

-Calmaos, no os haré nada, y sólo sé que sois una gran guerrera que ha estado bajo el mandato de la reina Ravenna desde hace muchos años hasta que fue derrocada por la reina Blancanieves con ayuda del conocido Cazador- frunzo el ceño tras haberme sentado otra vez y dejar que me ayude

-Sí, he estado bajo un hechizo y por eso le fui fiel siempre hasta que ella cayó, pude ser libre por fin y ahora voy de reino en reino, este último necesita ayuda pero yo sola no soy suficiente, por eso he venido por ayuda al ser de las pocas mujeres con esta destreza y magia- no puedo decirle la verdad, sino no lo conseguiría

-Habéis vivido mucho a pesar de vuestra corta edad- parece sorprendido- ¿cómo se manifestó vuestra magisa?-

-Fue hace años, estaba en una misión y me reencontré con mi madre que pensé que había muerto cuando mi aldea fue atacada y yo llevada ante mi reina, digo la reina Ravenna- hago como que me equivoqué mientras atiende mis heridas con cuidado- cuando ella me reconoció procuré pasar todo el tiempo posible con ella hasta que ella cayó enferma, unos soldados intentaron echarla del campamento donde ella estaba en la plaza con permiso del rey y yo la defendí, pero no fui lo suficientemente rápida y le dispararon una flecha que acabó con ella, ahí fue cuando desarrollé el poder de controlar el clima, mi señor- explico un poco lo ocurrido

-Siento mucho vuestra pérdida, por lo que puedo notar también controláis las plantas a vuestro antojo y también sois sanadora, ¿me equivoco?- 

-En absoluto, mi señor, pero el último poder no lo controlo mucho- me encojo de hombros

-Es comprensible, supongo que también vuestra magia requiere de un precio, ¿verdad?- pregunta mientras coloca un par de vendajes

-Así es, necesito consumir la fuerza de hombres, por eso sólo acabo con los que me desafían, se creen que pueden hacer lo que les viene en gana y los que son injustos con las mujeres, nunca de inocentes- le aclaro la verdad

-A pesar de lo que habéis hecho y vivido, noto que vuestro corazón es noble como usted, me recuerda mucho a su antepasada- dice con una leve sonrisa

-La madre de mi abuela, mi madre me contó un poco de ella, pero no sé su nombre- 

-Liah, así se llamaba, era una gran y poderosa bruja, ella vivió por un tiempo aquí y creo que podéis quedaros en sus aposentos, todo está como ella lo dejó y tengo un par de reliquias que seguro querría que su sucesora tuviera, ya he terminado, mañana seguramente estaréis recuperada- me pongo en pie

-Gracias mi señor- le sigo por los pasillos y memorizando el lugar para no perderme y tengo una duda que más bien es por curiosidad- mi señor, ¿puedo preguntar si usted es como yo, es decir, que si usted también tiene magia?-

-La tuve en su época, pero ya no la uso como en antaño, ahora la uso para mantener la magia oscura de los objetos que traen para que sean custodiados- explica mientras continúa caminando- es más común que existan mujeres con este don tan único, hay pocos varones que han sido dotados de semejante capacidad, tristemente hoy en día a toda aquella mujer que es reconocida por su don especial es juzgada como algo malo y es condenada a la hoguera o a cualquier tipo de tortura, como mismo sufrió la pobre Liah hace ya tantos años- puedo notar en su voz la melancolía y la tristeza

-Algo me dice que usted y ella eran muy cercanos- comento como quien no quiere la cosa

-Sí, éramos como hermanos, era como mi hermana pequeña, yo le ayudé a controlar y esconder su poder todo lo posible, pero bueno, eso es cosa del pasado y estoy feliz de ver a una sucesora tan parecida a ella y me alegra que sepas controlar tu magia- se gira con una pequeña sonrisa antes de detenerse frente a una puerta- este era su cuarto, espero que lo encuentre de su agrado, más tarde alguien le avisará para que venga a comer algo, mientras tanto acomódese y si quiere puede tomar un baño-

-Está bien, gracias por todo mi señor- asiente con una leve sonrisa antes de retirarse, entro en la habitación y es bastante grande a decir verdad, parece como si fueran los aposentos de una reina pero con cierta relación con el mundo de grecia y roma, cierro la puerta tras mi espalda y dejo caer mis hombros, aparece ante mí Ravenna que me ve preocupada, se acerca y posa una mano en mi mejilla que me hace verla a los ojos

-¿Estás bien Cali?- 

-Eso creo, son muchas cosas juntas y el saber que mi abuela estuvo aquí, que me parezco a ella y todo lo demás es mucho para un día- ella me abraza y dejo la cabeza en su hombro

-Ya, supongo que te va a costar asimilar todo esto, pero tal vez lo que descubramos aquí nos puede ayudar a ambas con nuestro objetivo y tal vez también puedan servirte para controlar o potenciar tu magia- trata de animarme y lo consigue

-Tienes razón, también algo bueno de todo esto es que al menos no estoy sola, te tengo a mi lado- le sonrío y deposita un beso en mi frente con cariño

-Sí, también me tienes a mí, ahora creo que deberías de darte un buen baño, estás llena de cenizas y muy sucia- comenta divertida

-Gracias por decirme que estoy hecha un asco, querida- ironizo y se ríe un poco, inspecciono el armario y encuentro varios vestidos como los que usaban las mujeres de la época en la que está inspirado todo este lugar, son de una gran variedad de colores pero me decanto por uno turquesa con detalles dorados, no hay ropa interior, supongo que en esa época no había, cojo de entre mis cosas ya que ya estaban cuando entré y cojo una muda de ropa interior, la parte de abajo al ser de pata un poco larga cojo un cuchillo y lo corto para que seas más pequeño y así no se vea en el vestido, entro en el cuarto de baño y veo una gran bañera, Ravenna se ha encargado de que el agua esté caliente, me quito con cuidado la ropa y los vendajes para poder lavar bien mi cuerpo, al entrar en la bañera siento mis músculos relajarse bastante y meto también mi cabeza para lavar mi cabello, al salir la veo observarme y no se quitado la ropa ni nada- ¿no te bañas conmigo?-

-No es necesario, en verdad ni siquiera necesito comer o dormir, no estoy viva del todo, recuerda, pero lo he hecho para que no te sientas incómoda- me sorprendo al ella confesarlo

-Pero no era necesario que lo hicieras sólo por mí, no quiero obligarte o que te sientas obligada a hacer algo que realmente no haces o no necesitas hacer o lo que sea, mi reina, no te sientas obligada a hacer algo innecesario para ti- me acerco a ella y le tomo de las manos

-Está bien, lo tendré en cuenta, aunque me gusta tenerte entre mis brazos, y lo hice también por costumbre de cuando estaba con vida, pero ahora lo más recomendable es que no coma como antes al ahora tener que estar en forma de cuervo- asiento dándole la razón- ven, deja que te ayude a lavar bien tu cabello- le sonrío y le doy la espalda para que tenga mayor facilidad y cierro los ojos al sentir sus caricias en mi cuero cabelludo- veo que has conseguido mantener el corte que te hice-

-Sí, es realmente cómodo a decir verdad, evita que me entorpezca a la hora de combatir y luchar contra otros, a parte de que cuando hace calor puede equilibrar mi temperatura, y también porque es el que tú elegiste para mí- antes esto último siento mis mejillas arder

-Hay que ver lo tierna que eres, mi dulce guerrera- deposita un beso en mi frente y no puedo dejar de sonreír como una boba, termino de bañarme y me visto con la ropa que escogí, al final mi experimento con la ropa interior ha funcionado y es realmente cómodo y no se nota en el vestido, me miro en el reflejo del espejo y no me veo tan mal- te ves hermosa- posa su barbilla en mi hombro y deja un beso en mi cuello

-Tú lo eres más, siempre- le recalco antes de besarle, escucho que llaman a la puerta y ella regresa a su forma de cuervo y se posa en mi hombro, me acerco a la puerta para que al abrirla me encuentro con César que me ve como con melancolía

-Por los dioses, os parecéis tanto a mi hermanita- no puedo evitar sonreír un poco- estáis hermosa-

-Gracias mi señor- 

-César, puedes llamarme así, es más cómodo- 

-De acuerdo, entonces llamadme Calíope-

-Pues así será, he venido para acompañarte a que comas algo, seguro que debes estar hambrienta- camina y yo le sigo en los silenciosos pasillos

-He sabido sobrevivir con algunos conocimientos, pero la verdad es que lo agradezco- admito con sinceridad, seguimos caminando en silencio hasta llegar a un gran comedor vacío a excepción de dos espacios que supongo que es para nosotros, se aleja una sirvienta tras dejar algo en la mesa y me parece extraño de que no hayan más personas- ¿estáis aquí solo?, ¿no hay más aquí en el Santuario?- niega con tristeza

Hasta que nos volvamos a ver Where stories live. Discover now