Episodio 8.

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Los días de vacaciones terminaron más rápido de lo que hubieran deseado, ambos llegaron al departamento del castaño.

-me divertí mucho.-

-me imaginó.-Vlad revisó su celular y noto varios mensajes de su único amigo Omega. -debo irme, dejé mucho trabajo pendiente para poder ir a la playa.-

-lamento que hayas tenido que hacer esto.-

El alfa negó y se acerco al omega para sujetarlo de la cintura y olfatear su delicioso aroma.-fue divertido a final de cuentas.-

Caín sonrió y su cara se torno roja, avergonzado le miro directamente al rostro.-¿Puedo besarte?-

Para Vlad ese gesto fue hermoso, para un alfa todas las expresiones de su omega son lindas, pero Caín era una clase de Omega con los que jamás se había topado. Dulce e inocente por naturaleza.

-no tienes que pedir permiso.-dicho esto besó suavemente aquellos labios ajenos, Caín se dejó llevar mientras rodeaba al alfa por el cuello, a Vlad le llegó un aroma dulce, más de lo habitual.-¿aún estas en celo?-

El Omega se sorprendió, solamente lo habían hecho una vez, los demás días le había hecho usar supresores. Pues Vlad no quería que su hermano sintiera que solamente lo estaba usando o se aprovechaba de su celo.

Asintió un poco triste.-con los supresores terminaré en dos días.-

-bien, no te tocaré hasta entonces.-

-¿por que?-

-porque quiero tocarte cuando tu mente y cuerpo no se dejen llevar solo por los instintos del celo.-ambas miradas conectaron y Vlad sonrió con ternura. -quiero demostrarte cuanto te amo sin necesidad de que tu cuerpo o las feromonas del celo me lo digan.-

Caín sonrió, sin duda su hermano era un alfa único. Asintió con una dulce sonrisa. -de acuerdo, esta bien.-

Se quedaron así un momento, mirándose fijamente, transmitiendo su cariño a través de suaves toques. Vlad observaba la belleza de su hermano y Caín se perdía en aquella fragancia que su hermano poseía.

-en verdad debo irme, regreso después para estar un rato contigo.-

-de acuerdo.-el alfa beso la frente ajena y agarro sus maletas.-Vlad. ¿podrías traerme un helado de vainilla.-

El nombrado soltó una risa mientras asentía.-claro que si. Me voy.-

* * *

Tras arreglarse un poco, y hacer unas llamadas, el alfa se presentó en su empresa vistiendo tan seductor como siempre.

-¡Hey, tú! Alfa mediocre.-aquella voz suave y ruda le impidió seguir, dibujo una sonrisa ladina y miro las escaleras en donde estaba aquel Omega de cabellos blancos y ojos azules.

-hola, ¿me extrañaste?-

El albino sonrió burlón.-ciertamente yo no estoy para extrañar a alfas egocéntricos.-

-me amas, lo sé.-

-ja, maldito orgulloso.-el omega llegó a su lado y ambos comenzaron a caminar por la empresa.-entonces, ¿a donde fuiste? No me comentaste nada y las malditas llamadas jamás entraron.-

-ah si. Le active el modo avión.-

El omega lo miro mal y después dió un pequeño golpe en el hombro ajeno.-¿y crees que nadie se preocupa por ti? Imbécil.-

Vlad sonrió y rodeo los hombros del mas bajo. -admitelo, no puedes vivir sin mí.-el omega hizo una mueca he intento alejar al alfa.

-creéme, hago más cosas sin tí que contigo cerca.-empujo suavemente al alfa logrando que este lo soltará.-dame mi espacio desgraciado.-

-para compensar tu tiempo perdido haciéndome llamadas te invito a la cafetería.-

-que sea a las del centro.-

Vlad frunció el ceño.-maldito Omega aprovechado.-aquellas famosas cafeterías eran de las costosas, claro que el precio no le importaba, solo trataba de jugar con aquel amigo suyo.

-has comenzando a abandonarme, tengo que volver a atarte o te me vas a descarrilar.-

-vamos pues.-

* * *

Ambos estaban en aquella cafetería, platicando de muchas cosas y riendo de otras.-¿recuerdas cuando tu mamá nos hizo un pastel y terminamos embarrandolo en nuestros rostros?-

El omega se carcajeó y asintió.-lo recuerdo, termine persiguiendote por toda la calle.-

Ellos siguieron platicando del pasado hasta que la tarde noche llego. Vlad se ofreció a llevar al omega a casa y ambos se fueron en su coche negro.

* * *

el coche se detuvo y el alfa miro al albino.-bien joven Iker Johnson, llegamos a su casa.-

El omega miro por la ventanilla y asintió.-sabes Vlad, no lo mencioné antes, pero tú olor es distinto.-

-¿De que hablas? Mi olor es normal.-el omega trono la lengua y golpeó al alfa en el brazo, le miró sin entender.-¿que te ocurre?-

-escucha, si me enteró de que volviste con tus andadas de abusar de betas y omegas te cortaré el pene y te lo meteré por el ano, coger sin control tiene riesgos. ¿Cuando lo vas a entender?-

-no hice nada Iker.-el menor frunció el ceño y el alfa se sintió acorralado, recargo su frente contra el volante y susurro suavemente.-me vas a matar.-

Y vaya que con esa actitud si tenía ganas de hacerlo.-¿porque nunca entiendes Vlad?-

El alfa apagó el motor y se hecho para atrás recargando su espalda en el asiento. Necesitaba hablar con alguien o jamás podría sentirse seguro.-no me he acostado con un desconocido.-

-¿Entonces? Por favor no me digas que fue con alguien de la empresa. Sabes que solo te siguen por dinero.-

-por supuesto que no fue de la empresa.- guardo silencio un momento, suspiro y evito mirar a su amigo.-me acosté con mi hermano.-

Un silencio incómodo se hizo presente, el albino soltó un suspiro y dirigió su mirada a la ventana, Vlad intento mirarlo, pero se contuvo en cuanto escucho la voz del albino.-eso es algo que no lo esperaba escuchar. ¿Cómo sucedió?-

-entro en celo y sólo paso.-

-¿solo paso? Habías dicho que tu hermano le temía a los Alfas.-

-perdió el miedo conmigo, aún se pone nervioso al estar con otros alfas o fuera de casa, pero conmigo...-

-¿Qué piensan tus padre? ¿lo saben siquiera?-

-¡No! Por supuesto que no.-

El Omega lo pensó un poco, pero tras no saber si algo malo podría ocurrir decidió idear un plan.-quiero conocerlo.-

-¿a quién?-

-pues a tú hermano.-

Vlad lo pensó, no creyó que habría problemas, sabía que Iker no era una mala persona.-yo podría decirte que si, pero primero dejame hablarlo con él.-

-bien. Por favor Vlad, cuidate.-el albino se recostó en el hombro ajeno y oculto ahí su rostro.-no quiero que después te arrepientas. Y sobre lo de tu hermano, no puedo decirte nada, a fin de cuentas no soy quien para juzgar.-el Omega entrelazó su mano con la del alfa, este se sorprendió, pues el Omega no era para nada expresivo. -Te quiero, no lo olvides.-

Vlad estiró sus brazos, los cuales rodearon al pequeño cuerpo del omega, para finalmente besar la frente del omega. -también te quiero.-

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Mi hermano, mi Omega.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon