Capítulo Uno

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                                    Picky


























Casa de Chiquete Orozco, Guadalajara



Bienvenida a mi castillo, chaparra. Tu nueva casa — anunció Jesús, bajando la maleta de su hermana gemela al suelo.

— Guau! Mira que valió la pena estudiar para mis exámenes en tus entrenamientos todos esos años! Si deja eso de el fut — halagó Jael mientras admiraba la gran casa de su mellizo.

— Pues se hace lo que se puede, y ahorre un chin para que pudiéramos vivir bien los dos.

— Pero si yo no te dije que regresaba a Guadalajara hasta hace poco.

— Si, pero obvio que tú ibas a regresar a vivir conmigo, Bibi. Somos roomies hasta que uno de los dos se case, no te acuerdas?

— Claro que si, tonto. Vivir juntos toda la vida nos llevó a eso. Me sentía rara en Connecticut, no había táquetes ni jerseys sudadas por todos lados — bromeó la más baja de los dos.

— Que chistosita, Jael. Oyes, ya conseguiste trabajo? Por que sabes que siempre puedo mover ciertas palancas en el club para que trabajes ahí — ofreció el jugador de el rebaño sagrado.

— Ya lo hablamos, Chuy. Quiero yo misma ganarme mi trabajo. Quizás luego.

— Bueno, pues allá tú. Ven, te voy a llevar a tu cuarto.

Ambos hermanos caminaron hacía una gran habitación, la cual estaba pintada color rosa pastel, el favorito de Jael. En la parte de atrás de el cuarto se encontraba un estante lleno de libros, y un escritorio a unos cuantos centímetros de este. La cama era matrimonial, y la colcha era blanca. De las paredes colgaban pósters de los artistas favoritos de la chica, en todo aspecto. Había imágenes de Artic Monkeys, Oscar Wilde, Lana Del Rey, Luis Miguel, y muchos otros. Sin duda el futbolista quiso hacer sentir a su hermana bienvenida.

Oh my God, Chuy! Esta súper padre! Tu lo decoraste? — exclamó la morena abrazando a su hermano seis minutos mayor.

— Si, me tomó bastante, pero una amiga me ayudó. Quería que te gustara tu cuarto.

— Pues dile a esa amiga que me encantó totalmente! Esta súper! Gracias, bro!

— De nada, chaparra, sabes que te quiero mil, como dices tu. Estoy feliz de que volvamos a vivir juntos.

— Yo también, Chuyito. Por cierto, tú sabes si está dirección está muy lejos? Tengo una entrevista de trabajo ahí — habló la recién graduada mientras le mostraba a su hermano la locación en su teléfono.

Wey! Estas bromeando, verdad? Este es el centro médico de el club! Y justo hay una vacante para fisioterapeuta!

— En serio? No vayas a decir que soy tu hermana, okey? — reprendió Jael.

— Te doy vergüenza verdad? Ya mejor dime que me odias — dramatizó en broma Jesús.

Of course que no, tontito. Solo que no quiero que sepan que soy tu hermana y me den el trabajo solo por eso.

— Jael, por favor. Tenemos las mismas iníciales, mismos apellidos, y el segundo no es muy común, y la misma fecha de nacimiento. No creo que no se den cuenta.

— Ay, ya! Solo no les digas. Ya luego de que me digan si tengo el trabajo o no les dices.

— Pues ya que.

Pinky promise que no les dirás — dijo la doctora mientras le ofrecía su dedo meñique.
El mayor por seis minutos entrelazó sus dedos, sellando su promesa.

PICKY - Alan MozoWhere stories live. Discover now