Caso 3: El macabro carnicero (Capitulo 1)

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—Y es por eso que quería ser una nube —platiqué con alegría a Alex luego de que este preguntara qué quería ser de grande.

Estaba desde mi escritorio mientras llenaba el informe de mi último caso mientras mantenía la charla. Aquel día estaba de muy buen humor, había bebido varios vasos mágicos y estaba "feliz" pero no lo suficiente para ser suspendido. Todo iba bien, incluso había realizado un arresto de lo más inusual y divertido a hombres de los Vypers que traficaban cocaína en algodones de azúcar en el parque de diversiones llamado "Tripas y vísceras" a las afueras de Grimsborough. Estaban vestidos de ponys, ¡ponys! Todo estaba fuera de lugar y no había parado de reír todo el camino a la estación.

—Ya, de pequeño yo quería ser Capitán Simple, mi héroe de cómic favorito y ya sabes, cosas normales, salvar el mundo, ser admirado, robar los últimos ejemplares en videojuegos y si alguien se oponía partirlo a la mitad —contó Alex fantaseando con ilusión.

— ¿Es normal, no? —preguntó al notar mi mirada confusa.

—No sé, de ser Capitán Simple habría buscado éxtasis pero me gusta tu visión —lo animé alzando un pulgar.

—Cielo santo, ¿cómo es qué eres policía? —preguntó Jones llegando con la cara más verde que alguna vez le había visto y haciendo arcadas.

Alex y yo nos alejamos por precaución.

— ¿Qué te pasó?, ¿volviste a revisar el historial de navegación del sobrino de Ramírez? Te dije que no le prestaras tu computadora, ese niño es muy perverso —y no mentía, una vez el endemoniado mocoso nos disparó balas de policía con su resortera.

Fue un día horrible, tuvimos que encadenarlo al asiento y aún así se las arregló para jugar con los informes policiales.

—Si, aún no consigo arreglar el virus en las computadoras, hay mucha publicidad sobre caballos —dijo Alex asqueado—. Y créeme, no como piensas —agregó.

Jones y yo negamos con escalofríos, sabíamos bien de lo que hablaba.

—Cielos viejo, que enfermo —habló uno de los hombres vestido de pony en la celda.

Lo miré indignado.

—Viejo, ofreciste servicios sexuales por un dólar a treinta personas en la calle, te drogaste en una patrulla policial y hace diez años te comiste a dos niños —le recordé y el hombre bufó para después reírse sin parar.

«Tenles paciencia Manuel»

Giré los ojos y volví al tema de Jones.

—Como sea, no es por el sobrino de Ramírez que estoy así. El jefe King nos dio un nuevo caso y solo puedo decirte que nuestra víctima Jennifer Carter no tuvo un final feliz —luego de decir eso mostró las fotos recién salidas de la escena.

—¡Agh, Jones, aparta eso! —se quejó Alex conteniendo el vómito y tratando de tapar sus ojos, pero ya era tarde, había mirado las fotos.

Se trataba de una jovencita, entre los dieciséis y diecisiete años, colgada en lo que parecía ser un gancho en una zona de carnicería, semidesnuda y destripada.

—Ugh, que desagradable, odio la carne de puerco —murmuré arrugado la nariz.

Jones me miró espantado.

— ¿¡Es lo único qué te perturba respecto a esto!? —preguntó como si estuviera loco.

—Superalo Jones, es la zona industrial, uno de los tipos de allá se comió el vómito de seis hombres y lo detuvieron por exhibirse tres veces en el metro. No es como que sea una sorpresa —señalé a otro sujeto en la celda.

Si Criminal Case fuera realista | CC realista 1°حيث تعيش القصص. اكتشف الآن