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—𝗘𝗡𝗧𝗢𝗡𝗖𝗘𝗦, ¿𝗡𝗢 𝗖𝗥𝗘𝗘𝗦 𝗤𝗨𝗘 𝗣𝗨𝗘𝗗𝗔 cambiar de opinión? Un préstamo de tu madre sería la mejor solución para comenzar con tu proyecto.
Melissa negó con la cabeza y la expresión de Kate se entristeció.
No soportaba decirle a su mejor amiga que sus sueños se habían hecho añicos por culpa de la tozudez de madre.
—No va a cambiar de parecer —le confirmó con disgusto—. Lo he intentado todo, pero ya sabes que no sirve nada de lo que le diga. Sigue empeñada en que trabaje junto a ella en la clínica.
A pesar de que Melissa se hubiese negado miles de veces, su madre continúa con la esperanza de que siga sus pasos y rectifique en su decisión.
Kate exhaló, frustrada.
—No lo entenderé nunca. Tienes mucho talento con la pintura, y montar una galería de arte es algo de lo que sentirse orgullosa, no para rechazarlo de forma tan radical; como si hubieras elegido un oficio deshonroso. Es lo que siempre has querido.
