Capítulo 14

1.2K 141 74
                                    

Danzō estaba cabreado, fuera de sí.
Su subordinado le acababa de entregar un reporte que él no esperaba.
La niña Haruno no solo había sido adoptada si no que ahora portaba el título de Heredera.

-"Maldito Hatake!"-

Esta situación cambiaba sus planes pero no iba a desistir. Ahora tenía que ser más cuidadoso y sigiloso.
Una sonrisa retorcida se dibujó en su rostro.

Según el informe, la pelirosa y el jinchuriki se la pasaban juntos todo el tiempo. Secuestrar a uno implicaba secuestrar al otro. Hatake era odiado y temido en el mundo Shinobi, abducir a los niños sería culpado a los enemigos del peliplata.

Lamentablemente para eso necesitaba que pasará un tiempo y ser él mismo quién esparciera el rumor de los nuevos hijos del Ninja Copia.

.
.
.
.
.

Sakura se limpió la sangre que salía de su boca con el dorso de su mano, volteó la cara a los lados tratando de ubicar a su hermano pero no tuvo éxito. Le costaba respirar, dedujo que tenía algunas costillas rotas, llevo su mano al costado izquierdo de su torso y empezó a usar su ninjutsu médico. Poco a poco empezó a repirar mejor, lamentablemente no se pudo curar por completo ya que tuvo que dar un gran salto para esquivar el chidori de su padre.

Aterrizó en un árbol no tan lejos y de ahí pudo observar como el ataque de Kakashi destrozaba el lugar dónde antes estaba. Entre el humo pudo distinguir un destello rojo, la había encontrado usando el Sharingan. No podía seguir huyendo, por lo menos no de él, no tenía caso intentarlo pero enfrentarse a él tampoco era buena idea.

Buscó a su alrededor de manera desesperada, su padre estaba cada vez más cerca de ella. Estaba cansada y hambrienta, llevaban entrenando 8 horas consecutivas sin descanso. Un destello rubio llamó su atención, su hermano corría hacía su padre para atacarlo. Estaba segura de que Kakashi lo sentiría de inmediato así que necesitaba distraerlo para que Naruto pudiera acertar aunque sea un roce en el madito cascabel que tenía el peliplata atado a su cadera y así terminar el entrenamiento... por hoy.

Tomó un kunai de su bolsillo de armas y empezó a correr hacía Kakashi con la esperanza de captar su atención. El Hatake mayor frunció su ceño por la pequeña hazaña, su hija no era impulsiva así que agudizó sus sentidos y fue ahí donde pudo percibir a su pequeño hijo detras de él. Sin mucho problema dirigio su atención a Naruto y le lanzó un par de shurikens para tratar de detenerlo. Grande fue su sorpresa al ver que ninguna de sus armas había dañado al menor, donde antes estaba Naruto ahora había un tronco, el pequeño zorro uso un jutsu de sustitución.

Mentiría si dijera que no estaba orgulloso de sus hijos. Hace 3 meses que fue la adopción  y hace 2 meses que sus hijos lo sorprendieron revelando sus poderes ocultos. Sakura podía usar su ninjutsu médico para curar sus heridas y Naruto tenía el chakra curativo del Bijuu que reside en él. Lamentablemente para los menores esto solo le dio a Kakashi la idea maravillosa de entrenarlos sin compasión. El peliplata era un sádico pero gracias a eso ahora podían usar jutsus avanzados para su edad. 

Kakashi estaba consiente del mundo en el que vivían, no quería que sus niños fueran presa fácil para sus enemigos, él había decidido hacer de sus hijos unas maquinas de matar.  Tenían que estar a la altura de su título de herederos... sus herederos. Los hijos del Gran Hatake Kakashi, el ninja de los mil jutsus, el ninja copia, hijo del Colmillo Blanco de Konoha. Su padre sin duda estaría muy orgulloso de sus nuevos nietos. Su pequeña Sakura, tan hermosa como letal. Con esos ojos verdes que hipnotizan; su cabello rosa y sedoso; la sonrisa más tierna que jamás haya visto. Su pequeño Naruto era la combinación perfecta de su sensei y su esposa. Un niño bastante mono y con una convicción de fuego, a pesar de haber sufrido mucho gracias a los aldeanos, él seguía con un corazón tan puro y gentil, incapaz de albergar odio hacía quienes lo lastimaron.

Aprendiendo del FuturoWhere stories live. Discover now