capitulo ocho

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Capítulo ocho. 

El primer día de jaemin en su universidad siendo el compañero del hijo de un importante empresario del país, fue incómodo. Fue sumamente incómodo. Según lo que él sabía, ya era extraño que un omega marcado estudiara, pero que lo hiciera el novio del hijo de un alfa conocido también por ser tradicional, llamó mucha más la atención, a tal punto que algunas personas se acercaban descaradamente para preguntarle si era verdad lo que se decía, y entonces qué hacía allí siendo que ya estaba marcado. Se limitó a mirarlos con desdén y no responder, a cada uno que se acercó. Pero lo que terminó con su paciencia fue que un profesor pareciera demasiado interesado en la marca que se encontraba en su cuello y que le era imposible ocultar.  

Era absurdo. Más de un omega que iba a esa universidad estaba marcado. No había muchos, lo admitía, pero no era una gran excepción y que lo trataran como si lo fuera, le resultaba exasperante. Por esa razón acabó pidiéndole a jeno que lo buscara antes de que sus clases acabaran. Su vida ya era lo bastante complicada como para agregar que le dieran un trato diferente en la universidad solo por lo que había en su cuello. 

— ¿Todo mal? —fue lo primero que jeno preguntó cuando se metió en el auto, mirándolo con extrañeza. ¿Desde cuando tenía auto? 

— ¿De dónde has sacado esto? —cuestionó, mirando con atención el interior del auto. 

—Pues le dije a donghae que necesitaba algo para que pudiéramos movernos y me dio las llaves de este auto —se encogió de hombros mientras hacía andar el auto—. De todas formas, ¿qué sucedió? Pensé que tenías clases hasta la tarde. 

Jaemin rodó los ojos y bufó. No tenía muchas ganas de hablar del tema pero jeno olía demasiado bien, parecía de buen humor y dispuesto a darle palabras de aliento. Entonces le contó y también le comentó acerca de que jaehyun no dejaba de enviarle mensajes que con gusto respondía, pero no podía dejar la culpa atrás como para disfrutarlos. Eso último pareció molestarlo, pues comenzó a largar un aroma bastante amargo, diferente al que normalmente solía calmarlo. 

—Pues deja de hablar con él, es simple —jeno dijo, quitando la vista del camino por segundo y llevándola al celular, que lo tenía en la mano izquierda y había sonado. Jaemin quiso regañarlo por estar manejando sin ambas manos en el volante. 

—No es tan sencillo, jeno. Quiero hablar con él. 

—Pero sabes que no deberías, ¿verdad? Donghae nos molestara mucho por esto. 

—No me interesa donghae. Demasiado con que estoy aquí soportando sus mierdas, ¿no te parece? 

Trató de sonar firme en sus palabras pero su voz se volvió un poco temblorosa al final. Soltó un bufido por eso y llevó sus ojos a la ventana en el mismo momento que jeno detenía el auto en un semáforo. No lo volvió a mirar de nuevo hasta que sintió una vez más el mismo aroma que antes, solo que ahora el enojo al parecer estaba dirigido a lo que observaba en el celular. Cuando lo arrojó sobre el tablero con fuerza, jaemin hizo una mueca y supo que efectivamente había leído algo que no fue de su total agrado. Decidió no preguntar por el momento y se quedó callado el resto del camino. 

El enojo de jeno logró calmar su propio mal humor. Ahora se sentía demasiado inquieto y necesitaba que detuviera ese aroma que estaba largando ya que de otra manera se pondría a llorar de la desesperación. No tenía idea de cómo actuar ante lo nuevo de ese sentimiento, por lo que decidió hablar. 

—¿Qué es lo que pasa? —preguntó con cierta cautela, notando que estaban a punto de llegar al departamento de jeno—. No me gusta tu aroma y me está haciendo mal. 

Jeno tomó una fuerte respiración, al parecer tratando de calmarse, y jaemin sintió cómo de a poco el aroma dejó de estar presente en el auto. No se marchó del todo, pues probablemente debía ventilar un poco el ambiente para eso, pero al menos ahora era capaz de respirar. 

Mordida Equivocada- NOMINWhere stories live. Discover now