Capitulo 19

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Se encuentra en aquel lago qué le enseñó Micaela tiempo atrás para qué se pudiera relajar, agradecía que estuviera vacío en ese momento el lugar, enserio necesitaba darse un descanso antes del siguiente entrenamiento. Se sentó a las orillas del lago para acostarse un rato, poniendo sus brazos atrás de su cabeza para mirar el cielo, viendo como se encuentra despejado; las palabras que escuchó de aquel ángel guardian aún siguen revoloteando por su cabeza, haciendo que en algunos entrenamientos este bastante tensó para hacer las cosas bien porqué tiene miedo de lo que sean capaces de hacer los del cielo.

—Bu —dijo apareciendo en su campo de visión una cara pecosa, haciendo que se sorprenda.

El chico recién llegado se encuentra de pie con las manos apoyadas en las piernas, poniéndose en una posición de "L" para poder ver bien la cara del qué está en el suelo, dándole en el proceso una pequeña sonrisa.

—No estás muy concentrado últimamente, Jeremy.

—Si, lo se —suspiró, sin despegar su vista del contrario, con solo sentir su aura ya lo podía reconocer sin ningún problema—. Es... Complicado de explicar, Jan.

—¿No puedes contarme? —ladeo un poco la cabeza después de lanzar aquella pregunta.

—No sabría si sería lo mejor —le respondió, sacando en el proceso uno de sus brazos de debajo de su cabeza para hacerle una seña con su mano al contrario y qué de este modo se siente a su lado.

Jan se enderezó para dirigirse al lado indicado, sentándose al fin con las piernas cruzadas y dejando sus manos apoyadas en el césped, vio a Jeremy, por lo pudo observar cómo este se endereza para estar sentado con las piernas estiradas, teniendo también las manos apoyadas en el suelo; de aquella manera quedaron de mejor forma para mirarse bien y cómodos, sintiendo los rayos del sol sobre ellos, los cuales calientan sus cuerpos.

—No es bueno guardar lo que sientes —susurró Jan con una pequeña sonrisa, solamente le quiso decir, no le va a obligar a decir lo que le ocurre.

Se quedaron en silenció, Jeremy no supo que decir ante aquellas palabras, movió un poco sus manos, buscando de esta forma aliviarse aunque sea un poco, pero ocasionó que rozara sin querer la mano contraria; Jan vio aquel comportamiento, fijándose qué el menor se sentía un poco tensó y lo qué intentaba hacer, por lo qué acercó su mano, tomando la contraria por encima para acariciarla un poco, intentando de esta manera calmarlo.

Jeremy se empezó a calmar un poco por las caricias que siente y lanza un suspiró; se siente cómodo al lado de Jan pero no sabía si en verdad podría decirle sobre aquel tema, no quería que el de pecas se reemplanteara todo lo que le han dicho y enseñado, haciendo que cambiará su perspectiva de como son quienes lo criaron a lo largo de los años, pero sabía que no le tendrían que ocultar a los híbridos de como empezó todo y el porqué los matan.

Dio vuelta su mano para tomar la de Jan, apretandola un poco, dio otro suspiró ante lo que iba a hacer, pero no se lo podía guardar aunque Micaela le halla pedido que no se lo contará a nadie, no podía hacerle eso a los otros híbridos, ellos tienen el mismo derecho de saber esa parte de la historia, les guste o no a los mayores.

Ambos chicos se miran, el de pecas tiene una mirada de curiosidad por ver como el contrario esta determinado, por aquello se dio cuenta qué le va ha contar algo importante, así que se queda callado esperando que dijera las cosas a su debido tiempo y no apurandolo, apretando en el proceso un poco el agarré de sus manos, dándole a entender que puede tenerle confianza.

—Bueno... Lo qué pasa es qué... —se quedó callado cuando sintió el aura de Micaela acercarse, así que desvío su mirada hacia el camino por donde se siente, viéndo a aquel ángel guardian recién llegando.

—A su entrenamiento, ¡ahora! —les gritó esto último, haciendo que ambos chicos dieran un sobresalto.

Los menores se levantan aún tomados de las manos para solamente asintirle al mayor sin decir alguna palabra al respecto, después de aquello, se van corriendo sin soltarse; Micaela vio aquél gesto y lanzó una pequeña risa, recordando lo que pensó hace algún tiempo, lo cual parecía que iba por buen camino.

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Ya era casi la hora del toque de queda, faltaban unos 15 minutos para qué todos estuvieran dentro de sus dormitorios; Jeremy se encuentra sentado en las escaleras que dirigían al segundo piso, está maldiciendo en voz baja porque Micaela llegó a interrumpir su conversión con Jan, ¿cómo le iba a decir ahora si ya perdió la determinación qué tenía aquella mañana?

Miró su mano derecha, con la cual tomó la mano de Jan, sintiendo un cosquilleo y su corazón latir deprisa por aquel recuerdo, negó un poco con la cabeza, intentando disipar aquellas sensaciones. Lanzó un suspiró, ahora no sabría como contarle a su amigo aquello o si se daría otra oportunidad para poder hacerlo, por esa razón estaba sentado en aquel lugar, esperando al mayor para decirle qué no se preocupara por lo que le iba a contar aquella mañana, qué no era nada importante.

Dio otro suspiró, ahora uno más largó, ya debería estar dentro de su dormitorio y no estar en aquel lugar porque faltaban solamente 5 minutos para qué al fin nadie estuviera por los alrededores, en todo aquel rato no ha visto a Jan llegar al lugar, sabía que no se encuentra en su dormitorio porqué no sentía su aura en ese sitio; hizo una mueca, teniendo en mente que sería mejor estar dentro de la comodidad de las cuatro paredes de donde duerme para pensar mejor las cosas. Iba a levantarse, pero vio como Jan llegaba completamente agitado teniendo una bolsa de papel entre sus brazos con comida, viendo que el contenido esté bien, por lo qué suspira de alivio.

—¿Jan?

El mencionado se sobresalta un poco, había sentido la presencia de Jeremy pero no le había prestado atención porqué estaba concentrado en ver qué la comido qué consiguió no se halla arruinado; suspiró y le dirige la mirada al menor con una pequeña sonrisa.

—Dime —dijo aquello para mirarlo con duda, preguntándose porqué aún el menor se encontraba afuera, además de qué seguía pensando en lo que le iba a decir esté esa mañana.

—No te preocupes por lo de esta mañana —le intentó mostrar su mejor sonrisa, pero le resultó más en una pequeña mueca.

Jan se puso un poco triste porque notó qué el contrario no se quería guardar aquello, pero lo único qué pudo hacer fue lanzar un pequeño suspiro y mostrar un casi imperceptible puchero; no le iba a obligar a hablar, sabe que ha su debido tiempo Jeremy podría decir sus preocupaciones para sacarse ese peso de encima. El mayor se acercó a la escalera, tenía qué ir al segundo piso de todos modos, pero antes de empezar a subir, miró al rubio y le acarició un poco el cabello, le iba a decir que todo estaba bien, pero en un acto de impulsividad, le dio un beso en la sien.

—Está bien, Jer —le dijo de manera rápida cuando se dio cuenta de lo que hizo, se tapó un poco la cara con su mano desocupado cuando sintió sus mejillas arder un poco y empezó a correr escaleras arriba mientras piensa para sus adentros—. Qué imprudente soy.”

Jeremy se tocó la sien y dirigió su vista hacia arriba después de qué el mayor se fuera, dio una pequeña sonrisa por ese gesto, el cual le resultó bastante amable y tierno por parte de Jan, la verdad es qué no le molesto aquello, le agradó bastante. Se levantó cuando se dio cuenta que ya debería de estar dentro de su dormitorio; lanza un pequeño silbido, y sin borrar su sonrisa, se dirigió hacia aquella puerta de color café qué se encuentra a la derecha, la cual es la última de la fila, por lo qué entra por está antes de qué alguien logré verlo.

Híbridos: La ira de Lucifer Where stories live. Discover now