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†Pov Douma

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†Pov Douma

El rubio salió con pasos lentos de la oficina de su jefe, dejando que Kibutsuji pasara un rato a solas con Michikatsu. Mirando a los dos hombres que permanecían en silencio esperando su partida por el rabillo del ojo, pudo ver cómo Muzan lo miraba fijamente, la impaciencia se hacía cada vez más visible en sus ojos rubí.

Su mano helada finalmente alcanzó la puerta, empujándola de mala gana, no pudo contener una sonrisa después de escuchar la puerta cerrarse con fuerza, estando satisfecho de que era lo suficientemente fuerte.

- ¿Estas estresado?

La ya familiar voz le llamó la atención, sus ojos arcoíris brillaron de emoción al notar a un hombre un poco más bajo que él apoyado contra la pared frente a él, era imposible no recordar el cabello rosa de Akaza, el hijo menor de los familia Soyama. El mismo miró al rubio con el repudio estampado en sus ojos.

No era novedad para Douma que Akaza lo odiaba, amaba saber que tenía un pequeño lugar especial dentro del corazón del rosado, incluso si este lugar ardía con odio.

-¡Akaza-dono, cuánto tiempo!

†Pov Akaza

Sus labios se curvaron ante la molesta voz del rubio, era obvio lo frustrado que estaba el rosado con la compañía del otro. Odiaba saber que Kibutsuji lo había puesto a trabajar con Douma, e incluso después de sus quejas, Muzan no cambió de opinión, regañándolo por estar más preocupado por su compañero de trabajo que por la misión en sí.

Las venas aparecieron en su rostro cuando vio a Douma acercarse a él con los brazos abiertos, teniendo la vista perfecta de la estúpida sonrisa estampada en los labios del orbe del arcoíris, odiaba esa sonrisa, odiaba sus ojos, odiaba cualquier cosa que viniera e incluso se relacionara. al hombre que se acercaba.

Observó cómo los labios de su rival se movían, listo para decir algunas de sus dulces palabras. Sus manos se cerraron en un puño, la ira incontrolable dentro de él era clara, al final la única persona estresada en ese lugar era la joven Soyama.

No pudo evitar encontrar gratificante ver su puño golpear la cara de su oponente, el sonido del golpe hizo que una pequeña llama de alegría encendiera su corazón por un breve momento. Pero a pesar del fuerte y violento puñetazo el rubio no se movió, permaneció en el mismo lugar para desgracia de Akaza.

-Bueno bueno, te volviste muy fuerte desde la última vez que Akaza-dono~

La risa del hombre rubio resonó por todo el lugar, era obvio que se estaba riendo del intento fallido del hombre rosado de lastimarlo, y eso irritó aún más al joven Soyama quien se estaba conteniendo para no acabar con la vida del hombre frente a Kibutsuji. oficina.

Blood moonlightWhere stories live. Discover now