Capitulo 9

695 32 11
                                    


Capítulo Nueve: Inesperado.


—Oh no. Rose tengo que irme—Murmuré rápidamente mientras veía a Justin acercarse con la mirada baja y las manos despreocupadamente en sus bolsillos. Su cabello estaba despeinado por el viento y se veía adorable con su abrigo.


¡Demasiado encantador!


—¿Qué? Pero Jenn...

—¡Te veo luego!—Me despedí rápidamente y seguí caminando a paso rápido por el pasillo. Rose no intentó detenerme, gracias a dios.


Los pasillos estaban desiertos. ¡Nadie para esconderme entre la multitud! Todos preferían estar calientes y arropados en sus habitaciones en esta fría noche de enero.


Justo cuando estaba apunto de llegar al final del pasillo, Justin apareció justo frente a mí desde la dirección opuesta. Jadeé, ¿cómo había llegado tan rápido?


Sabía que me había dicho a mí misma que debía intentar volver a ser amigos, no todo tenía que ser completamente extraño entre nosotros. ¿No? Siempre podíamos tener una conversación normal... en la cafetería había sido muy, muy normal, excepto cuando apareció Max a proclamarse como mi novio.


—Hey. Hola, _________(TN)...

—Ho... Hola Justin—Le devolví el saludo mientras miraba hacia el suelo sonrojada. Mi zapato golpeando nerviosamente contra el suelo.

—¿Cómo te encuentras? No he hablado contigo desde el día en la cafetería.

—Sí, bueno, digo bien... yo, agh... estoy bien, ¿cómo estás tú?—Me obligué a mirarlo y sonreír. Me sentía tan tonta sabiendo que él sabía que yo estaba completamente nerviosa y afectada por su presencia. ¡Ya no soy esa adolescente de diecisiete años! Tengo que controlarme.

—Yo estoy bien—Los costados de sus labios se elevaron lentamente en una sonrisa.

—¿Necesitabas algo?—Pregunté mirando a otra parte. Mis mejillas se sonrojaron más. El frío me tenía la cara congelada y mis mejillas estaban literalmente quemándome.

—Sí. Me preguntaba si me acompañarías a hacer algo poco convencional como tomar helado.


Lo miré como si se hubiera vuelto loco.


—¿Quieres helado sabiendo que hay como tres grados de temperatura?—Arqueé mis cejas.

—Bueno, no he consultado la temperatura pero... sí—Me sonrió con su sonrisa de No Me Puedes Decir Que No a Mí.

—¡Dios! Estás demente, ¿si quiera hay una heladería abierta?

—No, pero los locales de comida rápida abundan New York y no solo venden helado sino que comida basura que la gente ama comer cuando tiene frío... o cualquier temperatura si estamos con eso. Lo máximo que recibiremos será una mirada de pocos amigos del hombre detrás del mostrador.

—Ésta idea es realmente estúpida...


Justin me sonrió con su sonrisa en modo seductora/encantadora/No Me Puedes Decir Que No a Mí y se me hizo imposible no sonreírle de vuelta cuando lo hacía. Era irreparable lo que sentía por él, y si en algún momento si quiera pensé que podría olvidarlo estaba realmente loca.

Olvidando Recuerdos |Justin Bieber|Where stories live. Discover now