- Desde mi infancia, he anhelado convertirme en una destacada periodista, siguiendo los pasos de mis referentes Abby Phillip y Jimmy Fallon. Pero nunca imaginé que mi búsqueda de éxito profesional me llevaría por un camino inesperado.
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Miriam N'di...
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𝗟𝗔 𝗜𝗡𝗧𝗥𝗨𝗦𝗔
Tocaron a la puerta y Miriam se dirigió hacia allí. Me levanté rápidamente para ver quién era. Miriam abrió la puerta y me sorprendí al ver a Cleo parada allí, sosteniendo una botella de champán en la mano.
- ¿Pero qué haces aquí? - pregunté confundido.
Antes de que ella pudiera responder, Miriam cerró la puerta en su cara.
- ¿Por qué cerraste la puerta? - le pregunté.
- Creo que tendremos que establecer reglas sobre lo que haremos o traeremos durante el viaje - respondió Miriam con un tono agresivo.
- Pero yo no le he dicho que viniera, ni siquiera sé cómo me encontró... - intenté explicar, pero Miriam no me dejó terminar.
- Bueno, haz lo que quieras, no soy nadie para decirte qué hacer, pero cuando se vaya vamos a hablar - replicó Miriam, mostrando su indiferencia.
Me quedé unos segundos procesando la situación antes de abrir la puerta nuevamente, invitando a Cleo a entrar.
- Hola, Cleo. ¿Qué te trae por aquí? - pregunté, intentando disimular mi sorpresa.
Cleo me miró con una sonrisa traviesa y entró en la habitación.
- Pensé que podríamos celebrar nuestro primer encuentro con una botella de champán. Además, quería conocer a tu compañera de viaje - dijo Cleo, mientras me extendía una copa.
Miriam permaneció en silencio, observando la escena con un aire de desconfianza. La mención de la "compañera de viaje" por parte de Cleo pareció desconcertada, ya que yo nunca le había mencionado ese detalle.
- Miriam, esta es Cleo, una amiga con la que me encontré en el avión. Cleo, ella es Miriam, mi compañera de viaje - las presenté, esperando que pudieran encontrar algún punto en común-.
Ambas intercambiaron miradas llenas de desdén antes de pronunciar un saludo cortés. La atmósfera en la habitación se volvió aún más tensa, como si hubiera una guerra silenciosa entre ellas.
Mientras observaba la interacción entre Cleo, Miriam y yo, me pregunté cómo esta visita inesperada afectaría nuestra ya complicada dinámica. Cleo se sentó en el sofá, cogiendo una de las chocolatinas decorativas.
Intentando romper la atmósfera tirante, mencioné, - Bueno, ¿cómo me encontraste? No te dije dónde me alojaría.
Cleo sonrió mientras respondía, - Te vi fuera del hotel y decidí venir. Supuse que vendrías con una compañera, ya que siempre en los viajes de negocios te envían con alguien con quien no te llevas bien- miro a miro a Miriam y le dedico un guiño.
