Prólogo

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Era frío, aquel ambiente siempre era muy frío, no solo por las bajas temperaturas necesarias para mantener las enormes pistas de hielo, sino que todo lo que conllevaba estar ahí, toda la gente involucrada, todo era demasiado frío

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Era frío, aquel ambiente siempre era muy frío, no solo por las bajas temperaturas necesarias para mantener las enormes pistas de hielo, sino que todo lo que conllevaba estar ahí, toda la gente involucrada, todo era demasiado frío.
El joven de cabello bicolor y ojos igual de peculiares no era la excepción a ello. En todo momento se mantenía neutral, tanto en expresión como en actitud, disfrutaba mucho de aquel espacio como para arruinarlo con algún descontento con su padre, que prácticamente era una pesadilla cuando se hablaba de competitividad y ambición.

Desde que era muy joven desarrolló un amor y admiración por el patinaje sobre hielo, al menos desde que tiene uso de razón y se enteró que su madre había sido una patinadora muy reconocida en su generación. La simple idea de poder hacer algo que su madre tanto amaba y que había logrado cautivarlo con lo hermoso y delicado que se veía aquel deporte, fue lo suficiente para que la albina mayor de la familia fuera a convencer al patriarca de la familia para que lo dejasen iniciarse en aquel mundo.
Si bien no fue una idea que le entusiasmara demasiado, el pelirrojo había encontrado el lado positivo de dejar que su hijo se iniciara en el deporte, de llevarlo por el lado de la competencia y explotar su imagen hasta que fuera reconocido como uno de los mejores patinadores de Japón. Tenía demasiada expectativa, pero no creía que fuera algo muy difícil para su hijo; es decir, era un Todoroki, debería poder destacarse en lo que fuera.

—¡Estás perdiendo técnica, Todoroki!

El grito del entrenador resonó en aquella enorme y vacía pista, provocando el eco que aturdía al único patinador en la pista durante esa mañana. La punta de la filosa cuchilla del patín se clavó en el hielo, frenando sin demasiada dificultad el desliz constante que estaba manteniendo. Al darse la vuelta solo vio a su entrenador negando con la cabeza y haciéndole señas con su mano para que se acercara, era mala señal, en especial si pensaba hablar de su desempeño con su padre.
Estaba completamente desanimado, esa temporada no estaba siendo muy buena para el heterocromático, había perdido aquella felicidad que le traía ir a la pista y sentirse libre. Ahora solo era un sujeto de exhibición, una simple imagen pública que debía ganar cada una de las competencias en las que lo inscriben. Se acercó hacia la barandilla como se lo habían pedido, y lo primero que obtuvo como respuesta fue al mayor acercándose y posándose frente a él, tratando de intimidar de alguna manera.

—¿Qué está pasando contigo? Nunca habías cometido tantos errores técnicos.

No sabía bien cómo explicarle, cómo expresar que ya no sentía esa emoción por entrar en la pista, como ya no estaba disfrutando del frío chocando en su rostro. Sabía que el entrenador no era tan malo como su padre, aún le quedaba ese toque de humanidad que le permitía mantener una charla con el pero, ¿y si reaccionaba mal? Quería pensar que esa idea solo era un mal juego de su cabeza ante la costumbre de ocultar su opinión.

—Todo esto... —comenzó a murmurar, mientras que con sus manos señalaba la pista—. Todo esto ya no lo disfruto; me frustra y aburre demasiado.

El hombre se sintió despacio, como si estuviera comprendiendo aquello que él trataba de explicar en pocas palabras, sin querer desarrollar del todo los problemas que arrastraba detrás de aquel mundo.

—Bien, busquemos la manera de cambiar aquello —dijo después de estar unos cuantos segundos en silencio—. No se si podré eliminar tu frustración, pero busquemos un poco de emoción.

El menor lo vio algo confuso, no se le pasaba ninguna idea por la cabeza que pudiese devolverle las ganas de seguir patinando y que se sintiera libre y motivado por volver a esforzarse, es decir, ¿cómo podría motivarse en algo que su padre usa como beneficio propio?

—¿Qué me dirías si te propongo un dueto con uno de mis mejores alumnos?

Bueno, empecé con una historia que aún no se como voy a hacer para terminarla, pero tenía la idea en la cabeza y no me resisti

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Bueno, empecé con una historia que aún no se como voy a hacer para terminarla, pero tenía la idea en la cabeza y no me resisti. pero espero que sea de su agrado y que mi cabeza logre redactar todo lo que tiene dentro.

¡Nos vemos la próxima!

𝐂𝐨𝐦𝐩𝐚ñ𝐞𝐫𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐡𝐢𝐞𝐥𝐨 ━ SerorokiDove le storie prendono vita. Scoprilo ora