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Dos pequeños niños riendo y divirtiéndose, atormentando a un pobre gatito blanco que lo único que podía hacer era correr y ocultarse.

-Vamos Tae, él será tu príncipe azul -tomo al gatito, este al sentir los dedos del pequeño se erizó, aterrado ante lo que le pudiera pasar- no es bonito, un hermoso príncipe al besar a este gatito.-acercó al minino al rostro del chico quieto.

-No,no, aleja a esa gato asqueroso de mi,¡hobi! -tomaba los hombros de su amigos, tratando de alejar esa bola de pelos.

-Si tú no lo besas, yo si -besó al gato, este salto llegando hasta la cama de hoseok.

-Niños, dejen de atormentar al pobre gatito -reprendo, acariciado y acomodando el pelaje del felino, dejándolo libre después de que lo vio tranquilo -qué hacían?

-Mamá, hoseok quería que besara a ese gato -lloriqueo,soltando una risita a la mayor y al Niño detrás de él.

-Señora kim, yo solo quería que Tae tuviera a un príncipe, en uno de mis cuentos así lo decía -se acercó con el cuento ante sus manos- mire, nos lo podría leer? Por favor.

-Claro que si, quieres escucharlos Tae? - el Niño asintió, tomando asiento en el suelo junto con su amigo.

La mujer empezó a contar el cuento, movido se y caracterizando a algunos personajes,dando un poco de dramatismo a la historia. Los pequeños estaban más que embobados viéndola y escuchando esa historia, era uno de sus cuantos favoritos, solo que a Tae no le gustaba una parte de ella.

-En ese preciso momento, aquel sápido feo la miro con sus ojos redondos y tristes, suplicándole que por favor le diera un beso, que solo ella podría romper el hechizo que una bruja malvada le había lanzado.

La mujer retomó un poco el aire y cambió la pagina, hoseok le susurró un pequeño "es mi parte favorito" a su amigo, este le contesto con una mueca de disgusto,pues ya sabía a qué parte se refería.

-La bellísima princesa se sintió tan,tan conmovida por la desesperada suplica, que se inclinó, tomó en sus manos al pequeño y feo zapo - la expresión de los niños era diferente, hoseok estaba maravillado y Tae parecía que vomitaría en cualquier momento- se levantó, lo acercó hasta sus labios -Tae negaba con su cabeza repetidas veces, suplicando a su madre que no contara esa parte - y...le dio un tierno beso.

-¡aaaaaawww!-gritó hoseok

-¡Guácala! -gritó Tae.

-Entonces, el zapo se transformó en un !apuesto príncipe! Se casaron y vivieron felices por siempre, el fin.

-Siii! -exclamo hoseok, levantando y agitando sus brazos, cayendo de espaldas por la falta de equilibrio -¡lelo otra vez, lelo otra vez! -seguía agitando su brazos.

-Lo siento, príncipe -ayudo a hoseok a levantarse- Tae y yo nos tenemos que ir a casa, di adiós Tae.

-¡Yo nunca besaría a un zapo! -negaba con su dedo y cabeza- Juro que jamás,jamás de verdad jamás lo aria -soltó un sonido asqueroso.

-Yo si lo aria -tomo a su gatito-besaría a cientos de sapos para casarme con un príncipe -lleno al gato con muchos besos y abrazos, el gatito salto otra vez hacia su cama, alejándose lo más posible de eso dos infantes.

-Como estás, señora kim? -entró el papá de hoseok, al escuchar muchos ruidos- todos en orden?

- Papi, Tae puede venir mañana? Puede, puede, puede -jaloneaba el pantalón de su padre.

-No se, que opinas -miro a la progenitora de su amigos.

-Sabes que no puedo negarme a esas súplicas, te gustaría venir mañana? -miro a su hijo, que al escuchar su pregunta le brillaron los ojos, diciendo un "¡si!" Que se pudo escuchar a dos cuadras de distancia.

-Sii, TaeTae vendrá mañana -abrazo al chico.

-Esos dos serán como uña y mugre cuando sean grandes -ambos adultos rieron, afirmando lo antes dicho.

-Vámonos Tae, tú padre ya tuve que haber regresado -tomo la mano de su pequeño- nos vemos mañana señor jung, adiós hoseok -se despidieron por última vez y salieron de la gran casa.

Eran las 11:30 de la noche, las calles de Corea estaban desoldas pero eran agradables, Tae le gustaba mucho ver las estrellas y los locales de arte que se encontraban cerrados pero con esa luz tenue alumbrado sus cuadros, su madre se conformaba por sentir el ligero frío de las noches y el silencio que habitaba a esa hora. Tenía que esperar su trasporte no muy lejos de la casa de los jung,su madre cuando vio el autobús pidió la parada ayudando a subir a su pequeño y luego subiendo ella. El recorrido fue silencio, al igual que las calles el transporte estaba vacío, solo se encontraba alguien mayor y una mujer que se veía cansada, tal vez el trabajo o su escuela. Tae miraba por la ventana, era algo que también le gustaba, ver las grandes casas y departamentos imaginadose, algún día vivir en uno de ellos. Conforme pasaban los minutos la vista iba cambiado, llegando ya a un barrio un poco menos lujoso y con casa no tan extravagantes como hace unas calles, eran casas construidas con madera pero resistente, pequeñas pero cómodas, ese era su hogar.

Bajaron del autobús, al estar a unas cuadras de su casa, su madre saludó a un par de conocido y unos cuantos amigos antes de llegar, Tae solo estaba ansioso, quería abrazar a su padre y preparar algo de cenar junto a él.

-Mmm, eso huele bien, que es? -miro con intriga todos los materiales que su pequeño tenía.

-Estoy haciendo... algo diferente -sonrió mientras seguía removido- creo que se llamaba pasta Alfredo, dicen hobi que es muy buena, quieres probar? -tomo un poco de pasta con una cuchara, extendiéndola a la boca del mayor.

El mayor saboreo y disfruto la pasta, dejando en intriga un par de minutos a su pequeño, quien lo miraba con completa atención a cualquier gesto que hiciera.

-Esto está, está...¡delicioso! Amor -tomo a su pequeño en brazos y se acercó a su esposa- nuestro hijo tiene un don, su comida es increíble

-Eso no es un secreto -rio.

-Ese don se tiene que compartir, será un excelentemente cocinero.

El pequeño sonrió al escuchar las palabras de su padre.

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⏰ Last updated: Mar 04 ⏰

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