21. Liar

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● Alice Longbottom ●

Alice estaba preocupada, llevaba toda la mañana tratando de encontrar a Fred. Hacían casi dos noches desde que le había dicho "Te amo" por primera vez y estaba muy ansiosa de que algo malo pasará por la maldición que ella, creía que, tenían los Longbottom cada vez que decían esa palabra. Si en un principio creyó que no podía llegar a enamorarse de Fred Weasley, la chica de ese momento, apresurada, dudosa e insegura estaba más que segura de que su corazón solo se agitaba y palpitaba tan rápido que la hacía desconcertar cuando Fred Weasley estaba presente; cuando tenía algún sueño sexual las manos de Fred estaban plasmadas siempre sobre su cintura, sus labios en su cuello, mandíbula y boca mientras que sus ojos estaban fijos en ella, todo a su alrededor le recordaba a Fred.

Alice vio pasar a un Filch muy alterado, y hasta emocionado, justo por su lado dentro de su búsqueda de Fred en su periodo libre, lo vio entrar en el despacho de la Profesora Umbridge y con cuidado se acercó a un lado de la puerta para tratar de escuchar algo de lo que paso murmurando. Parecía contentísimo por algo y hablaba solo, febrilmente, mientras cruzaba la habitación; escuchó como abrió un cajón de la mesa de la profesora Umbridge y empezó a revolver los papeles que había dentro.

—Permiso para dar azotes... Permiso para dar azotes... Por fin podré hacerlo... Llevan años buscandolo...

Escuchó cómo besaba lo que sea que había encontrado y cómo se dirigía rápidamente hacia la puerta, arrastrando los pies, lo vio pasar con una hoja de pergamino abrazada contra el pecho. Alice salió corriendo inmediatamente desde su posición cerca del despacho detrás de Filch, que renqueaba a una velocidad insólita en él. Desde el piso inferior al del despacho de la profesora se oían gritos y murmullos provenientes del vestíbulo. Bajó a toda velocidad la escalera de mármol y encontró al colegio en pleno reunido allí.

La situación era muy parecida a la del día que despidieron a la profesora Trelawney. Los estudiantes estaban de pie formando un gran corro a lo largo de las paredes (Alice se fijó en que algunos estaban cubiertos de una sustancia que parecía jugo fétido); además de alumnos, también había profesores y fantasmas. Entre los curiosos destacaban los miembros de la Brigada Inquisitorial, que parecían muy satisfechos de sí mismos, y Peeves, que cabeceaba suspendido en el aire, desde donde contemplaba a Fred y George, que estaban sentados en el suelo en medio del vestíbulo. Era evidente que acababan de atraparlos. Alice no dudó en poner una mirada aun más preocupada, habían atrapado a su novio y Filch tenía un permiso para darles azotes, no podía permitirlo. Cómo pudo pasó entre todos los estudiantes hasta poder escuchar lo que Umbridge les decía a los gemelos, pero para su mala suerte quedó justo a las espaldas de ambos pelirrojos y ellos parecían no reparar en su presencia.

—¡Muy bien! —gritó triunfante la profesora Umbridge—. ¿Les parece muy gracioso convertir un pasillo del colegio en un pantano?

Cuando Alice estaba apunto de interceder por ellos esperando que si una premio anual interfería tuviera un poco más de respeto por ellos, la voz de Fred la hizo detenerse.

—Pues sí, la verdad —contestó Fred, que miraba a la profesora sin dar señal alguna de temor.

Filch, que casi lloraba de felicidad, se abrió paso a empujones hasta la profesora Umbridge.

—Ya tengo el permiso, señora —anunció con voz ronca mientras agitaba el trozo de pergamino que Alice le había visto sacar de la oficina de la profesora Umbridge—. Tengo el permiso y tengo las fustas preparadas. Déjeme hacerlo ahora, por favor...

—Muy bien, Argus —repuso ella—. Ustedes dos —prosiguió sin dejar de mirar a los gemelos— van a saber lo que les pasa a los alborotadores en mi colegio.

𝓜𝓲𝓭𝓷𝓲𝓰𝓱𝓽 𝓐𝓷𝓰𝓮𝓵 • Fred Weasley FanfictionWhere stories live. Discover now