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El haberse perdido en una de las tantas minas de la isla le había sido un martirio para sus emociones. Más si estaba con su esposo.
Los caminos de habían separado y como si fuese poco, minutos antes había escuchado a Mariana quejarse entre las paredes que unían infinitos caminos.
Aunque tuviera el conocimiento del respawn, aún así, temía por quedarse solo con tantos mounstros que correría el mismo destino que el hispano o quien sabe, tal vez fuera él quien primero cedería a la paz y dejaría solo a Mariana.
— ¡Slime…! — chillaba con ambas manos a los lados de sus labios, aumentando el tono de su voz.
— Mariana…?, Oh– Keep yelling, I'm coming!—
Quedándose en el lugar, siguió con una pequeña conversación. Insultando como de costumbre, siendo respondido sin duda.
Slime asomó cabeza, encontrándose con su esposo sentado en una de las tantas piedras deformadas. Corriendo hasta él para poder abrazar su torso y resguardarse en su voluminoso pecho.
— Did you get hurt, were you hurt?—
— No, no, mien, Are you okay?—
— Who the fuck cares.—
— Me, you fucking idiot.—
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Mariana y Slime comparten una dependencia, sana, medianamente. Desde el fallecimiento de Juanaflipa, juraron tenerse el uno al otro.
Concientemente del daño psicológico que se harían, aún así, prometieron estar para el otro.
El "I have no one" que alguna vez llegó a la cabeza del híbrido slime, desapareció y la pena que dejó el corazón roto de Mariana, sanó.
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