Morirò da Re (Draco Malfoy x Audrey) (George Weasley x Marlene)

Capítulo 5

Narra Marlene: 

          Al fin, después de dos años en Hogwarts, podíamos salir de visita a Hogsmeade. Antes de subirnos en las carrozas, McGonagall se aseguró de que todos tuviéramos nuestras autorizaciones, luego cada quien fue a subirse a su carruaje. Audrey subió la primera, tomando asiento justo a la derecha, en la parte trasera; Blaise subió tras ella, sentándose justo a su lado; Mattheo fue el siguiente en subir, logrando que me echara a un lado un tanto cohibida por su presencia, ¿por qué subía con nosotros? Ni yo lo sabía, la verdad; tras él subió Pansy, quien se sentó justo al frente de Mattheo y junto a Blaise, en la parte delantera del carruaje; por último subió Draco, quien tomó la esquina izquierda justo frente a Audrey. Yo observé el carruaje lleno mientras el estómago se me retorcía de solo pensar que tenía que sentarme entre Malfoy y Riddle. Vacilé durante un par de segundos, pero al final subí y me senté justo frente a Blaise. Me hice pequeñita en mi asiento sin saber dónde podía esconderme de los dos chicos a mi lado. 

          El viaje comenzó con un silencio incómodo entre todos. La verdad es que éramos una mezcla rara, y un tanto explosiva. Así que lo primero que hice fue rezarle a Merlín para que nadie acabase golpeando a otra persona o lanzándola del carruaje. Gran error, porque lo que sucedió se convirtió en mi gran pesadilla, casi hubiera preferido que me tiraran al suelo estando en marcha. 

—Oye, Mattheo, ¿tú qué vas a hacer cuando llegues? —preguntó Pansy en tono coqueto.— 

        Yo miré a Audrey de reojo intentando descifrar entre las dos qué se supone que intentaba la del pelo corto. Mattheo la observó durante apenas unos segundos, examinándola de arriba a abajo. 

—Nada que te importe. —respondió con sequedad para después mirar hacia delante. Pansy ni siquiera se enteró del rechazo, ya que había pasado a su siguiente objetivo.— 

—¿Y tú, Draco? ¿Qué harás? 

—Pues no lo sé aún. —respondió el peliblanco.— 

—Bueno, vayamos a las tres escobas a por cervezas de mantequilla. —le sugirió.— 

          Y ahí comenzó el coqueteo entre los dos Slytherins. Audrey, Blaise y yo nos entendíamos con tan solo vernos, criticando con la mirada a aquellos dos. Audrey comenzó a molestarse y sonreí divertida al verla apretar los puños mientras los otros dos seguían hablando. Entonces mi pelirroja amiga observó a Mattheo con decisión. 

—Oye, Mattheo, ¿qué lees? —cuestionó Audrey. El mencionado la examinó durante un par de segundos.— 

—Historia del Ojo de Georges Bataille. —respondió.— 

—¿Y de qué va? —volvió a interrogarlo la pelirroja.— 

—No creo que quieras saberlo, preciosa. —respondió de forma provocativa el moreno mientras la miraba intensamente.—

—¿Qué puede ser tan horrible? Cuéntamelo. —lo desafió mi amiga.— 

—Es lectura erótica. La chica es la encarnación del deseo y la perversión y juntos exploran un mundo sexual bastante... —hizo una leve pausa para buscar la palabra.—...particular. 

—Tiene pinta de ser... interesante. —respondió Audrey.— 

—Y también bastante inspirador. —dijo Riddle con un tono de doble sentido.— 

          Para ese momento, Parkinson y Malfoy habían observado a la pareja un par de veces de reojo, sin  cesar su coqueteo. Mientras que yo no sabía donde meterme deseando esconderme, Blaise me miraba incómodo; la tensión se amontonaba toda en el centro del carruaje aumentando mi incomodidad y sufrimiento.