Un Acuerdo

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Luego de estar alejada de la escritura un tiempo vi la Reina Charlotte recientemente y necesitaba adaptar eso a mi ship favorito. Larga vida a la Reina. Larga vida al Eraserjoke.



Querido y gentil lector, esta es una historia del nacimiento de un reino... O así dice en los libros de historia, pero que realmente es la historia de la Reina Emi, la reina risueña y su gran amor. El Rey Shota.

Esta es una historia donde siempre existieron Dones. Todas las libertades tomadas por la autora son intencionales.

Y para ser históricamente inexacta. Absolutamente dramática.

Con cariño, su amiga. 

—Lady Sky Herondale A.

KUMAMOTO. ISLA DE KYUSHU

Al igual que todos los miembros de la aristocracia, la Princesa Fukukado de Shiketsu, poseía una gran cantidad de nombres. Emi, por su abuela materna, condesa de nacimiento y duquesa por matrimonio quien gozaba según cuentan las canciones de una inolvidable sonrisa, Fukukado por su padre, quien fue segundo hijo y ascendió al trono luego de la muerte de su hermano en una batalla. Después estaban las extensas tierras, ciudades y propiedad correspondientes al título y aquellas que indicaba su linaje. Princesa de Shiketsu, Duquesa de las Islas de Verano, la Dama de la Sonrisa de Fukuoka.

Solé Prinkípissa.

Aunque disfrutaba de sus numerosos títulos el nombre que prefería mas era "Emi" era el más convencional de todos, pero no le gustaba por ese motivo, al fin y al cabo, era conocimiento nacional que sus gustos rara vez eran convencionales, le gustaban los vestidos vibrantes, las flores en el cabello, los circos, el teatro y los libros, luchaba como un mercenario y comía como un marinero, además sospechaba que nadie en el palacio valoraba su infame gusto por la comedia y las aventuras.

No era una criatura sencilla. Sin embargo, ese nombre simple significaba que no todos podían referirse así a ella, que debía dar el permiso de ser llamada así. Significaba que la conocían de verdad.

Quien le llamara Emi debía saber que su postre preferido en primavera era el pie de limón, mientras que en invierno era el bizcocho de chocolate, pero la verdad era que le gustaba el dulce y cualquier cosa que tuviera dulce. Sabían que solía disfrazarse de muchacho para acudir a los entrenamientos de espadas de sus hermanos, y que, cuando su madre la descubrió se lo prohibió y ella paso dos semanas sin dirigirle la palabra. Hasta que amenazo con disfrazarse de bufón (lo cual hizo) lo que escandalizo a su madre y concluyó en una persecución por todo el castillo... Su madre estaba furiosa. Pero Taishiro, el hermano mayor había dicho que fue un despliegue de agilidad increíble y una prueba de que la guardia real fue superada por una niña, Hizashi, el segundo hermano, aseguró que tal esfuerzo era más beneficioso siendo bien aprovechado ya que los había superado a ambos, los varones. Así que su padre, el Rey, le permitió ser instruida por los mismos profesores que a los demás.

Emi, también era su favorito porque sus hermanos sugirieron el nombre cuando ella era tan solo una cosa horrenda y llorosa en los brazos de su madre, fue el nombre que le dieron sus personas favoritas. O las que eran sus personas favoritas.

No desde hace tres días.

Los guardias recorrían los alrededores del castillo de Pagossi en todos los puntos estratégicos que uno esperaría, todos los puntos cubiertos. El castillo era una estructura magnifica, no tan magnifica como el Gran Castillo de Osaka, pero ¿Qué sabría ella? La única que vez que había visto el Castillo de Osaka fuera de libros y murales ella tenía tres años, lo único que quedaba de él en su memoria era el rostro borroso de su madre bajo los lirios nube que flotaban en el invernadero, las antiguas pinturas de una guerra que existía desde antes de su nacimiento y el resplandor de sus tejados de jade brillando como una gema bajo las llamas del fuego que consumió la ciudad y desplazó a su familia de su hogar ancestral hasta más al sur.

La Reina EmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora