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▭▭ ✦֢ᜒ . ﹕𔘓 ☁️ Ambos eran igual de
introvertidos y torpes socialmente, pero,
uno de ellos logró armarse de valor
suficiente como para invitar al otro a
salir.
Y aunque a Cloud al inicio le pareció
extraña la escena de...
☁️ • 𓏲࣪ 𖤐 ּ Background: Black. Typography: Source Sans Pro. Font size to a minimum! ، ₊⋆ ะ
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⛈️ ▭▭ ✦֢ᜒ . ﹕𔘓 OOO ; 𓏲࣪ 𖤐 ּ ֗ ִ Two assholes pitying in their pajamas. ─༷ᜒ ✦֢ᜒ
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▭▭ ✦֢ᜒ Llovía a cántaros, un viernes a medianoche.
La motocicleta de cierto rubio se hallaba empapándose con las gotas de lluvia que caían sobre ésta y resbalaban por el metal hasta tocar el suelo, formándose poco a poco en un lodoso charco; y el dueño, apoyándose bajo el marco de la entrada de aquella iglesia, se hallaba cruzado de brazos, un poco frustrado, y casi rogando internamente por que la tormenta pase pronto. Su ceño ligeramente fruncido, sus suspiros entrecortados. Era la primera vez en mucho tiempo en que se sentía así de disgustado.
Si fuera una llovizna, o una lluvia cualquiera, no habría problema, hubiera ido sin más desde hacía horas y se hubiera dado una rápida ducha para arreglarse, pero se trataba de una fuerte y larga tormenta eléctrica. Sería peligroso ir en su Fenrir y correr el riesgo de resbalar y caer, sin contar que sus armas (todas metálicas) atraían a los rayos. No es que Strife no pueda avanzar, es repartidor, anteriormente mercenario, ¡aprendió a sobrevivir a los golpes! Sin embargo, se trataba de una cita, y una muy importante para él. No quería llegar manchado de lodo, oliendo a tierra y con cicatrices en el cuerpo. ¿Qué pensaría aquel chico si lo viera así? De seguro tendría una horrible impresión de Strife porque no fue de manera presentable a aquella cita en la que todavía se tomó el esfuerzo de invitarle llevándole una flor de plástico. Tan detallista fue el peli-fucsia que Cloud no quería que las cosas salieran mal.
Pero ya habían salido tan mal, e iban a empeorar si la tormenta no pasaba. Aunque, ya era tarde. Él lo sabía, y eso aumentó más su frustración desde el momento en que dieron más allá de las nueve. Aun así sigue deseando llegar pronto al bar.
“Vaya mierda”, pensó para sí mismo, cerrando sus ojos y soltando un pesado suspiro, antes de que la luz de un rayo sea visible para después, dejar sonar el fuerte trueno que llegó.
—Esto no parará pronto... —Dijo para sí mismo, frunciendo ligeramente el ceño de nuevo y entrando otra vez a la iglesia. Al menos allá había calor, y el aire afuera empezaba a helarse.
