El Peor Día

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Alicia estaba nerviosa. Se encontraba en la sala de espera de su médico. Él la había llamado unas horas antes pidiéndole que fuera a su consultorio porque tenían que hablar. Ella no sabía que le diría exactamente, pero temía lo peor. Desde hacía varias semanas se había estado sintiendo mal y su médico de confianza le había mandado a realizar varios exámenes. Ahora se encontraba esperando para hablar con él sobre los resultados, pero por el tono que había usado durante su llamada, Alicia intuía que las cosas no estaban bien.

– No son buenas noticias –había comentado el hombre en cuanto comenzó su reunión.

Ella ya lo sabía, pero no podía evitar sentirse destrozada. Observó las hojas que su médico le entregaba con los resultados de sus exámenes, mientras este intentaba explicarle lo que ocurría.

– No es un escenario alentador –confesó el doctor– pero aún hay cosas que podemos intentar.

Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos mientras escuchaba aquella información. Respiró profundo y se dijo a si misma que todo estaría bien. Mark estaba con ella, estaba segura que él la apoyaría durante todo este proceso y la ayudaría a salir adelante. Juntos, saldrían adelante.

Media hora después Alicia se encontraba sentada en su auto frente a su casa. Sentía tanto miedo sobre su futuro, pero confiaba en su esposo y que él siempre estaría ahí para ella. Respiró profundo y salió del auto.

– ¿Mark? –llamó a su marido al entrar en la casa, pero nadie contestó.

La confusión se apoderó de ella. Su hogar estaba completamente en penumbras y el silencio la arropaba. Se suponía que Mark ya debería estar de regreso del trabajo. Él solía llegar antes que ella y preparar la cena.

– Bueno, aún es temprano –se dijo mirando su reloj de muñeca.

Ella se había adelantado ese día. En ese momento eran las 4pm y usualmente llegaba a casa a las 6pm, así que era posible que su esposo aún no se hubiese desocupado del trabajo. Alicia suspiró, pero de golpe un recuerdo llegó a su mente. Se asomó por la puerta y miró hacia el garaje, pensaba haber visto el auto de su esposo, por lo que quiso volver a revisar y efectivamente, ahí estaba. Eso le extrañó, pero intentando buscar una respuesta lógica a la situación, pensó en que quizás él se había quedado dormido o estaba en la ducha, así que no quiso darle mayor importancia.

Terminó de entrar en la casa y se disponía a ocuparse cuando se escuchó un ruido que provenía del piso de arriba. Eso le confirmó que Mark estaba en la alcoba del primer nivel, así que decidió subir las escaleras para buscarlo, pero cuando estaba a punto de llamarlo, la risa de una mujer la interrumpió. Alicia se detuvo a mitad de la escalera, no sabía si estaba imaginando aquello o en verdad lo había escuchado.

– Me haces cosquillas –exclamó la voz femenina mientras volvía a reír.

El corazón de Alicia se aceleró mientras continuaba su camino escaleras arriba. Intentó hacer el menor ruido posible hasta llegar a la alcoba. La puerta de la habitación se encontraba entre abierta, así que se acercó e intentó observar lo que ocurría dentro. Sus ojos se abrieron por la sorpresa al ver aquella escena. Su esposo y su secretaria estaban en la cama desnudos manteniendo relaciones.

Las lágrimas comenzaron a correr una vez más por sus mejillas, pero en esta ocasión, era más por la rabia y la frustración que sentía. Acababan de darle la peor noticia de todas, le quedaba poco tiempo de vida y como si eso no fuese suficiente, ahora se encontraba con que su esposo la engañaba.

Ella había escuchado los rumores, pero se negaba a creerlo. Siempre amó a Mark y confiaba ciegamente en él. No quería creer lo que le decían, pero ahí estaba la vida dándole una bofetada de la peor manera. Alicia pensó en lo tonta que había sido y por primera vez decidió que no se quedaría simplemente llorando. Nunca más seria la mujer indefensa y víctima de todos. Desde ahora en adelante y por el tiempo que le quedara, demostraría que ella era fuerte, capaz de superar cualquier adversidad. Se limpió las lágrimas, respiró profundo y dándole un golpe a la puerta, ingresó en la habitación.

Atentamente, tu ex esposaWhere stories live. Discover now