Historias de un grupo de aventureras en peligro (erotico)

[SAGD] Thea y tres aventureras envueltas en vendajes

Era la mitad del verano y el calor asolaba con su implacable fuerza uno de los pequeños pueblos ubicados en el sur del reino. En este dichoso pueblo se encontraba la intrépida, madura, sensata y responsable ex-aventurera Thea quien estaba caminando por las polvorientas y bulliciosas calles del pueblo buscando una forma de huir del inmenso calor. 

A pesar de que ella después de retirarse decidió abrir su propio gremio de aventureros en ese pequeño y tranquilo pueblo, ella no pudo evitar tener un exceso de trabajo sobre sus hombros diariamente, y este día no fue para nada diferente. Incluso si varios de los miembros de su gremio no le hubiesen pedido que se tomara el resto del día libre, ella habría seguido trabajando hasta tarde con el fin de atender a todas las personas que necesitaran de su ayuda. Ahora que ella no tenía nada más que hacer, ella quiso disfrutar de su tiempo libre refugiándose en la taberna local tomando una cerveza bien fría y refrescante para combatir el calor del verano.

Empujando las pesadas puertas de madera, Thea se adentró en el luminoso y festivo ambiente del bar. Las lámparas colgantes arrojaban una luz dorada y cálida sobre las mesas de madera gastada. Las paredes cubiertas de paneles de madera desgastada por el tiempo y adornadas con viejos mapas y armas colgantes añadían un toque rústico y obviamente, había una gran multitud de personas de todo tipo de razas diferentes que estaban alrededor de todo el lugar disfrutando del momento, ya sea hablando con sus amigos, bebiendo, comiendo o contando algunas anécdotas.

Viendo la situación frente a ella, la mujer de cabello rojizo no pudo evitar sentir nostalgia recordando su época como aventurera. A pesar de que se había retirado, aún ella cumplía algunas misiones de grado SS, pero eso no sucedía muy a menudo.

Saliendo de sus pensamientos, ella recordó que fue lo que vino a hacer a la taberna, por ello Thea estuvo a punto de dirigirse hacia la barra principal para pedirle al cantinero una jarra de madera con cerveza, pero antes de poder hacerlo de repente ella se detuvo al reconocer la figura de una persona en el fondo del lugar completamente sola con una sonrisa en su rostro y una jarra entre sus manos.

Con una mezcla de nostalgia y emoción Thea comenzó a atravesar la multitud recibiendo saludos e invitaciones de sus conocidos para sentarse al lado de ellos y beber hasta caer inconscientes, pero ella simplemente seguía con su camino saludando con su mano al pasar hasta que llegó al otro extremo de la taberna encontrándose con su vieja amiga.