⟡ ! 𝗣𝗔𝗥𝗜𝗦 ; a Charles Leclerc fanfiction.
❛ℛomance is not dead,
𝘪𝘧 𝘺𝘰𝘶 𝘬𝘦𝘦𝘱 𝘪𝘵 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘺𝘰𝘶𝘳𝘴❜
-﹝🗼﹞: Cuando Marguerite descubre todas las mentiras y manipulaci...
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Charles iba conduciendo de regreso a su casa mientras Marguerite estaba en el asiento del copiloto mirando a la nada. Parecía perdida en sus pensamientos. De vez en cuando la miraba de reojo para descubrir que las lágrimas no paraban de brotar.
El monegasco no seguía mucho las noticias, por lo que aún no sabía qué había pasado para que la chica estuviera así, pero fuera lo que fuera, tendría que haber afectado mucho a Margie para haber borrado su sonrisa característica.
Al estacionar en su apartamento, tuvo que llamarla por su nombre unas cuantas veces para que saliera de su trance y volteara a mirarlo, encontrándose con esos ojos verdes, que siempre habían estado llenos de vida, sin su brillo característico
—Mon mer, ¿Qué fue lo que pasó? —le preguntó consternado el chico.
—Char... —Su corazón se apretujo recordando los eventos que la habían llevado a terminar en la ciudad que la había visto crecer—. Él me... él me engañó Charlie. —La chica se acercó a él repentinamente para encontrar un lugar seguro mientras que volvía a llorar.
El piloto podía sentir cómo la sangre le hervía, abrazó con más fuerza a Marguerite. No encontraba las palabras indicadas para aliviar su dolor. Lo que él no sabía, es que sólo el hecho de tenerlo cerca parecía reconfortar a Marguerite.
Cuando la chica se logró calmar, ambos salieron del auto. Charles sacó las maletas de su cajuela y le tomó la mano para llevarla al ascensor. Marcó el piso 13 y esperó pacientemente mientras llegaban, salió de este y sacó las llaves de su bolsillo, le abrió la puerta a Margie y la invitó a pasar.
Marguerite sabía que el apartamento de Charles era como su segundo hogar. Ahora sería su primer hogar porque al parecer el que había construido con Francesco se había desmoronado. La chica pasó a la que solía ser su habitación, porque sí, antes de mudarse a Milán pasaba mucho tiempo en ese apartamento, y empezó a desempacar sus maletas.
El monegasco la miraba atento desde la puerta. Si bien no eran las condiciones ideales para su regreso, estaba feliz de tenerla con él nuevamente. En cuanto al italiano, lo único que quería hacer era tomar el primer vuelo a Milán y romperle la cara, pero sabía que su mejor amiga desaprobaría totalmente de ello, por lo que, no planeaba hacerlo por el momento.
El sonido de la tetera provocó que el chico se fuera a la cocina, dejando sola a Marguerite en su cuarto, el cual estaba intacto desde la última vez que había estado ahí. Charles no había permitido que ninguna persona que no fuera él o su hermano siquiera pusiera un pie ahí.
Unos toques en la puerta sacaron a Marguerite de sus pensamientos. Miró hacía el marco y vio que su mejor amigo le había llevado un té de manzanilla, su favorito.
