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Nunca nos besamos lo suficiente 

Creo que me siento un poco traicionada, por mis tías, pero entiendo su miedo, se que piensan que si soy yo la que hereda todo si padre muere yo las abandonare 

Me creen una chica sin corazón como el resto de la familia y por unos segundos, en serio creí que me querían, que tonta fui 

Madre sube a verme, me mira desde la puerta—No me gusta ese vestido, el busto se te ve mucho 

—No entiendo el punto de usar corset si te vas a quejar de que me levanta lo que debería levantarme

Yo creo que el vestido que ha mandado la reina para que lo lleve es hermoso, con las mangas caídas y mis clavículas al aire, es delgado y muy fresco  

—No nos llevaremos al perro— dice mi padre 

Pero empiezan con las dudas de si sera apropiado

—No, llevársela, si la dejan es capaz de mordernos o algo— comenta Salime a lo lejos 

Mi perrita y yo solo presenciamos el debate— A la reina le agrada, por ella fue que hablamos la otra vez— decido entrar 

No lo dudan más y Adam nos ayuda a subirla, lo hago más que nada porque no me gusta dejar a Canelita sola

—¿Y si me muerde?— pregunta mi hermana 

—La aventamos de la carroza en movimiento— digo al aire 

Ella me mira —No harías eso, la amas 

—Si, me refería a ti — nuestros padres ríen y el resto del camino me la paso callada, pues no tengo nada que decir 

Al llegar nos reciben aproximadamente 15 de los sirvientes, me resulta algo molesto pero no digo nada, al ver a la reina hacemos una reverencia, el rey no esta, pero no importa 

Ella sonríe al ver a Canelita— Bueno, Lord Wytte, queríamos proponer algo a usted y a su familia, pero antes de eso, quiero hablar con lady Wytte, a solas— se que mi hermana duda, que todos lo hacen, pero yo se que habla de mi y por eso sin ver a nadie más me acerco a ella, mi mascota me sigue 

Salimos al jardín, Canelita quien siempre se desborda de emoción y empieza a correr en cuanto pisa este jardín, en esta ocasión mantiene la postura, camina frente a nosotras moviendo mucho su cola

No se como iniciar la conversación 

La reina se adelanta— ¿Que es lo que te gusta hacer, Yaiza? 

—Ir a la escuela, eso me gusta— noto una ligera sonrisa en su rostro, pero creo que quiere que hable más— Me gusta tomar las clases, me gusta aprender, me gustan las matematicas, las operaciones, los números me fascinan y creo que soy buena en eso 

Ella asiente—¿Hay algo que te guste más que eso? 

No entiendo porque lo pregunta, pero tampoco voy a preguntar— Si, la escritura es lo que me apasiona, me gusta escribir poemas, o lo que siento, vivo por la inspiración que me llega al ver la luna, y disfruto más que nada ver mis pensamientos en un pedazo de papel 

La reina sonríe satisfecha — Muchas veces somos las mujeres quienes hacemos todo, pero no recibimos nada, nunca, ni siquiera el crédito de nuestro esfuerzo — siento que me a dicho algo personal pues se que se refiere a ella y no a mi — Recuerdo todo lo que hacían las mujeres de mi familia, pero según la sociedad era gracias al hombre de mi familia, desde que tengo memoria seguimos reglas, estúpidas reglas que nos dicen como actuar, que hacer y que decir

"¿Cuantas veces anónimo ha sido una mujer?" 

—Lo se, tengo que vivir con eso

Se detiene en seco y yo con ella— ¿Y si no fuese así?— frunzo el ceño— Desde hace un tiempo tengo la idea de buscar mujeres excepcionales y ponerlas en puestos que solo han tenido hombres, como en la medicina, o en tu caso, en las finanzas, eres la primera que cumple con mis expectativas 

No en esta vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora