-Enzo Fernandez-

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Suelto una risita baja viendo a Olivia y Roma jugar con los muñecos de Roma a tomar el té

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Suelto una risita baja viendo a Olivia y Roma jugar con los muñecos de Roma a tomar el té.
Las dos se llevan excelente desde que entraron al jardín y es algo que agradezco, ya que Roma tuvo que distanciarse de todos sus compañeros de Argentina para poder venir conmigo a Inglaterra. Oli es una nena preciosa que, según lo que contó Enzo, se adaptó muy rápido y muy bien a la vida acá.

-¿Mía, tedes tomar una tacita de té?- me extiende Olivia una taza de color amarillo con la bebida imaginaria dentro. La agarro sonriendo dulce y asiento con la cabeza.

-Veamos qué tal les salió este té- alzo ambas cejas y vuelco la taza sobre mis labios, imtando la acción de tomar el té -hm...el mejor té que probé en mi vida- corto el suspenso y suelto una risita ante la alegría de ambas.

-¡Yo sabía que iba a gustarte mami!- dice Roma emocionada mirándome. Le devuelvo la tacita y ambas siguen en su juego.

Termino de limpiar la mesa donde ambas habían tomado su leche con galletitas en la merienda y miro hacia la puerta cuando escucho el timbre. Me acerco a esta y cuando la abro, sonrío de lado al ver a Enzo del otro lado con su conjunto deportivo del Chelsea.

-Hey- me hago a un lado para que pase y cuando lo hace, lo saludo con un beso en la mejilla. Siempre me gustaba saludarlo porque él lo hacía de una forma muy dulce, apoyando una mano en mi cintura y rozando sus labios en mi mejilla.

-Perdón por tardar, el entrenamiento se estiró un poco más hoy- hace una mueca entrando y sonríe al escuchar a Oli y Roma riéndose a carcajadas en la habitación de la última nombrada -parece que vengo a interrumpir un juego entretenido- suelta una risa mirándome y entrecierra los ojos cuando pone atención en mi pelo -¿te cambiaste el color y te cortaste?-

-tienen mucha imaginación con sus juegos- río junto con él y cuando se detiene a mirarme me sonrojo rápidamente, tratando de evitar su mirada hasta que dice el último comentario, por lo que lo miro y sonrío algo avergonzada -sí...fui esta mañana a la peluquería- remojo mis labios -no pensé que se notaba tanto-

Se acerca hacia mí lo suficiente como para tocar mi pelo y lo suficiente para ponerme totalmente nerviosa. Abro levemente mi boca poniendo atención a cada facción de su cara y suspiro al sentir sus dedos rozar mi mejilla.

-Yo...- aclaro mi garganta para salir de esa situación que en cualquier momento pasaba a mayores, alejándome de él -¿querés que te prepare un café? Si tenes hambre te puedo preparar un almuerzo rápido- camino hacia la cocina con rapidez y seco mis manos en mi pantalón que para este punto eran agua por los nervios que acababa de pasar.
Escucho una risita nasal de su parte y camina detrás de mí hasta llegar a la silla del desayunador, se sienta y me mira fijamente con una sonrisa de lado

-Un café está bien, gracias- apoya su codo en la mesa y reposa su mentón en su mano -te queda hermoso el pelo así- suelta sin cuidado y sin apartar la mirada de mí, que estaba de perfil a él.

One shots |scaloneta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora