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It's strange what desire will make foolish people do...

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Despierta y lo primero que siente es el intenso dolor que recorre todo su torso hasta llegar a ambas caderas.

Un camino de lágrimas secas yace en su cara, y lo poco abrigado que está hace que la punta de su naríz se tiña de carmesí por el fresco del otoño.

De un día para otro su vida cambió por completo, nada será igual después de esa madrugada.

Ahora era libre. Realmente no le importaba estar durmiendo en un banco del parque, o no tener un lugar en donde quedarse, porque por primera vez en toda su vida, siente que se está encontrando, se siente libre de ser él.

Se levanta del banco en el que pasó lo que restaba de la noche y recogío todas sus cosas, asegurandose de tener todo.

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A la corta edad de 18 años debe de ser muy difícil el salir del closet con tus padres, con esa pequeña chispa de ilusa esperanza creciendo en tu corazón. El creer que ellos te aman tal vez puede ser tu perdición absoluta, y la razón de tu tristeza.

Muchos jóvenes, de 14 para arriba, son hechados de sus casas cada día, a cada hora, por el siemple hecho de ser homoexuales.

Yo soy una chica transgénero. Tengo 22 años de edad, pero me hecharon de mi casa a los 18.

 Mi relación con mi madre siempre fue la mejor, eramos mejores amigas. Con mi padre...era otra historia.

Confié en ellos y me hecharon.

Pero pude seguir adelante. 

Ahora tengo mi propio hogar. Vivo en Italia con mi asombroso novio, mis gatos y mis plantas. Nunca fui tan felíz.

Si yo pude, ustedes pueden.

Los amo a todxs, fuerza.

-Lily.

Con los ojos aguados le dió un corazón al post y apagó su celular luego de eso.

Tenía muchas cosas por meditar, más que nada las cosas que tendrá que solucionar a la hora de encontrar un lugar en donde quedarse.

Escucha la campanita de la puerta, anunciando que alguien entra en la cafetería.

Se voltea. No sabe el porque, simplemente lo hace.

Ve a un guapo hombre, de pelo liso y castaño, con ojos azules, profundos como el mar. Su mirada le causaba escalofrios, se veía intimidante con el ceño fruncido, y sus tonificados brazos no ayudaban mucho.

Realmente no le toma importancia y sigue tomando su café.

De repente siente como una mano toca delicadamente su hombro.

-Buen día jóven ¿Le molestaría si me siento con usted? Ya no hay más lugar en la cafetería.- Dice con una voz fina pero grave al mismo tiempo, no sabe como describirla.

Tan masculino.

-Oh, claro, no hay problema- responde un tanto nervioso.

-Muchas gracias- dice y toma asiento en frente de Harry.

El hombre deja su maletín en el piso y se acomoda su traje antes de abrir el menú para verlo.

El ambiente se sinte incómodo, más que nada por el hecho de que Harry nunca convivió con mucha gente que digamos. Él estudiaba en una escuela católica, donde no tenía ni una sola amistad, ni siquiera le dirijía palabra alguna a ningúno de sus compañeros. Harry siempre fue un alma solitaria, sin embargo, siempre deseando amor y calidéz. Él ha de admitir que ser invisible si tienen sus ventajas.

El ojiazul carraspea, sacando abrutamente a Harry de sus pensamientos.

-¿Me recomienda algo para comer o beber?- Pregunta, con un tono de voz que demuestra su desespere por iniciar una conversación y tapar el vacío del incómodo silencio.

-Bueno, si me pregunta de comida no sabría responderle, nunca he comido por aquí- dice con una leve sonrisa llena de amabilidad - Sin embargo, aquí venden el mejor café que he probado en mi vida.-

-Siendo franco, el café no es muy de mi agrado...- hace una leve mueca de asco - ¿Hay algún postre que disfrute en general?-

-Mhm, adoro los roles de canela con mi alma entera- responde soltando una risilla.

El castaño ríe también -Está bien, siempre es bueno probar nuevas cosas- dice para luego llamar al mozo con la mano - Buen día, quiero pedir un roll de canela y un te con leche, por favor.-

-Claro señor, le traeré su pedido en un momento- responde el mozo y se va a pasos rápidos.

-¿En serio nunca lo has probado?- pregunta genuinamente sorprendido.

- No como muchas cosas dulces, pero supongo que puedo probar este postre.-

El ambiente se volvió más cómodo luego de eso, ya no había más sonrisas fingidas, porque el hombre castaño era realmente agradable y carismático.

Pasaron los minutos y el rizado ya había acabado su café, ya era hora de irse, el problema era que no sabía ni adonde se iría.

-Bueno, fue un gusto conocerlo señor...- dice con duda, esperando que el castaño le diga su nombre.

-Tomlinson, Louis Tomlinson.-

-Un gusto Sr. Tomlinson, me temo que ya debo retirarme.-

-¿Me dirá su nombre al menos?- Pregunta el castaño.

-Styles, Harry Styles.-

-Con razón ropa tan linda, niño- dice con una risilla, señalando el bonito súeter de lana beige y los mom jeans que Harry estaba utilizando.

El ojiverde estalla a carcajadas -¡ Oh por Dios, que chiste más malo Sr. Tomlinson!-

-Su risa dice lo contrario.- dice con una leve sonrisa pintada en sus labios.

-Ya lo creo...- dice calmando su risa, pero aún con las mejillas rojas.

-Un gusto Harry-

-Un gusto Sr. Tomlinson-


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He aquí el capítulo dos!

Gracias, gracias, gracias por todo

Lxs amito mucho

Xoxo,

E.






He was Sunshine, I was Midnight Rain. {L.S}Where stories live. Discover now