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Cuando finalmente después de dos semanas de insistencia, Murdoc aceptó ir a comer helados con 2D

Los helados eran todo un tema para Stuart, él podía pasar horas hablando de las cosas más específicas relacionadas a helados. Su favorita era nombrar nuevamente la lista de veinticinco puestos de sabores de helado favoritos.
Murdoc sabía que el número uno era el clásico vainilla, así como el resto de la lista en orden, y también sabía lo importante que era para él comer helado. Y, por lo mismo, y pensando que quizás el tema de los helados comenzaba a ser un problema, Murdoc se negó a fomentar aquel "vicio", pero terminó aceptando igualmente después de mirar a los "ojos de cachorro" que ponía cada vez que se lo pedía.

Recordaba muy bien, como 2D dejó la ropa que usaría lista (incluidos sus "calcetines de comer helado", una replica exacta de los calcetines que usaba cuando pequeño, que si no llevaba los días domingo lloraba como una magdalena, Rachel Pot se encargaba de regalarle unos cada año en navidad. 2D ahora usaba estos calcetines, no solo los días domingo, sino también los días en que comía helado) al borde de la cama antes de ir a dormir.

El día del gran suceso, Stuart lo guió hasta su tienda favorita, de la que tanto había hablado, pidió "lo de siempre" a la señorita en la caja, e ideó una mezcla que podía ser del agrado de Murdoc.
Salieron de ahí y de camino a casa, el helado de Murdoc cayó estrepitosamente al suelo. Hubo un silencio, 2 minutos exactos de silencio.

Cuando Murdoc iba a maldecir, escuchó un sollozo sonoro proveniente de Stuart, su expresión era de puro horror.
Murdoc no se explicaba porque estaba llorando, sintió pánico por no saber como reaccionar ante tal situación, sintió ganas de sacudirlo hasta que dejara de sollozar, pero en vez de eso y al ver que tantas personas miraban confundidas la situación, lo tomó de un brazo y caminó hasta el callejón más cercano que encontró, dejando atrás el cono de chocolate que yacía en el pavimento.

2D se mantenía muy entumecido, casi estático, con su helado chorreando, las lágrimas cayendo y los mocos saliendose de su nariz.

--¿¡Qué es lo que pasa!? --preguntó Murdoc muy confundido ante la situación. 2D no podía responder, se sentía hiperventilado e incapaz de decir una palabra. --¿¡Por qué estás llorando!?

Al no hallar una respuesta y con la piel de gallina, Murdoc lo sacudió por los hombros un par de veces, tocó su rostro con firmeza buscando una respuesta corporal, hizo que mirara a sus ojos a la fuerza, y viendo que nada de esto servía, sostuvo su cabeza y acercó su barbilla a su hombro. Lo abrazó tan fuerte que pudo sentir, no solo el helado derramado en su camiseta, sino también los mocos mojando en su cuello.

Sentía que 2D se encontraba en tal vulnerabilidad, tan indefenso, casi como un niño, casi como él mismo cuando era un niño, que no pudo evitar abrazarlo. Porque, al fin y al cabo, aquello era lo que Murdoc siempre había esperado que hicieran por él.

Mantuvo sus ojos cerrados con fuerza, su mano sobre la nuca de 2D y su brazo con la mano enpuñada alrededor de su cintura hasta que el sonido de llanto dejó de escucharse. En cambio, ahora podía escuchar sólo su respiración agitada buscando calmarse de a poco.
Cuando se percató de esto, Murdoc se alejó de a poco, sintiendo por fin la humedad pegajosa en su cuello y en su camiseta negra.

Al alejarse por completo, pudo ver su rostro; rojo y caliente.

--Se cayó tu helado, Mudz --aquellas fueron las primeras palabras que 2D había pronunciado.

Murdoc estaba estupefacto, incrédulo de la situación, con una confusión tan fuerte que hasta le costaba pensar con claridad.

Aunque durante el tiempo en que lo abrazó, Stuart tuvo que encorbarse,   Murdoc sentía que 2D estaba tan indefenso y vulnerable, que incluso mirándolo desde abajo podía sentirlo inferior. Tan pequeño, tan joven e inexperto.

--Murdoc, tu helado se cayó --repitió.

--Está bien, Stuart --lo llamó por su nombre.

Aunque 2D trató de explicar porqué no estaba bien sin poder hilar las palabras, Murdoc lo entendió finalmente.
Porque aquello era tan importante para Stuart, que sintió tan intensamente aquel imprevisto, sintió a la vez tanta empatía por Murdoc, que el llanto fue su única respuesta.

Cuando las cosas se calmaron un poco, regresaron a la tienda nuevamente, (porque, a ese punto, el helado estaba completamente derretido, chorreando por el brazo de 2D, y, en estado líquido, en la camiseta de Murdoc) y Murdoc esta vez pidió por él, "lo de siempre" y sin novedades lograron terminar su cita de helados.

Murdoc pensó mucho en eso, cuestionando que fue lo que lo hizo actuar de esa manera, qué era lo que transmitía 2D que lo hacía tener tantas ganas de cuidarlo.

Murdoc ese día tomó la decisión de protegerlo a toda costa, y sobreponer su felicidad ante todo.

hola, en este capítulo traté de retratar el rol de cuidador que siento q murdoc podría sentir por 2D. además de agregar q en este fanfic, 2D es autista e hiperempatico....

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⏰ Poslední aktualizace: Jun 22, 2023 ⏰

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las razones de murdoc; studocKde žijí příběhy. Začni objevovat