Capítulo Único

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Hola, hace un tiempo escribí esto y aunque ya lo subí a AO3, se me ocurrio subirlo aquí porque el fandom vive de migajas XD

Trate de mantener las personalidades pero si no lo logre, bueno equis esto es por diversión y la queso.

Tiene cosas sugerentes +18, advierto.

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Shion Takeuchi. Lo aclaro porque luego Wattpad me baja ls historia por derechos de autor o yo que se lol no uso esta app en años.

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Brett observó a Reagan sentada en la cocina tomando una taza de café recien preparado de su cafetera.

Estaba vistiendo una de sus camisas blancas que usaba para llevar al trabajo, a sus ojos se veia tan linda en esa prenda, o solo le parecía adorable lo holgada que le quedaba puesta.

– Buenos días! –dijo acercándosele, captando la atención de la morena que dejo la taza sobre la mesa y sin decirle nada le puso una mano por detrás de su cuello para acercarlo a su cara. Sus labios chocaron y se envolvieron en un tierno beso que expresaba todo lo que sentían y la alegría de despertar por las mañanas y ver a esa persona especial.

– Buenos días, Brett. – le respondio cuando corto el beso para seguir tomando su taza de café, después de todo la ayudaría a recuperar energia después de la movida y maratonica sesión de sexo de la noche anterior. Lo que sea que la polla de Brett hiciera, era digna de dioses. Y a ella le encantaba.

Brett la observó y no pudo evitar sonrojarse por la visible marca de su cuello que tal vez sería difícil de ocultar cuando estén en el trabajo. Aun así, lo hacía sonreir.

Abrió los gabinetes en busca de algo para preparar como desayuno y frunció en ceño cuando vio que faltaban cosas.

– Eh, Reagan... –

– Mierda! Perdona, Brett. Ayer tenia pensado pasar por el supermercado después del trabajo pero tal vez me distraje... demasiado – respondió avergonzada, pero en ese momento estar con el le parecía mejor que cualquier cosa que tuviera que hacer.

– Esta bien, comeremos algo en el camino. –

Reagan no presto atención a lo que dijo Brett y vio su espalda, no pudo evitar ver los arañazos que tenia allí. No eran tan profundos ni tampoco eran heridas graves, aun así, solo unas lineas rojas. Aun así, el cortarse las uñas estaba también en la lista de cosas para hacer. A Brett no le molestaba pero tal vez después de todo ella si era como un gato negro.

Brett, sin embargo, se quedó pensando en como pedirle algo que hace un tiempo le queria decir. Quería que vivieran juntos. Era eso demasiado? No queria parecer que la acosaba o si era demasiado pronto. Sabia muy bien que ambos disfrutan de la compañía del otro. Se iba a morir si ella le decía que no, pero como el novio comprensivo que es, iba a aceptar cualquiera que fuera su razón.

Suspiro y Reagan lo miro mientras se acercaba a su lado para poner la taza en el lavaplatos para lavar más tarde.

– No, tal vez estoy cansado por el ejercicio físico. No tienes nada de que preocuparte. Tal vez tengo mis límites? –

– Perdón, yo fui la que queria que lo hicieramos tantas veces. Mentiría si te digo que no me siento también algo exhausta, – dijo picaramente. – Si no tuviéramos que trabajar hoy amaría que continuaríamos en el sofa, " bromeo, "después de todo la habitación ya esta hecha un desastre. –

–Reagan! – la llamo Brett con su cara roja.

Ella se rio por su reacción. Pero tenia cierta verdad. El sexo era asombroso y Brett sabía darle buenos orgasmos. Si tan solo no vivieran separados al otro lado de la ciudad.

– Supongo que ire a tomar un baño pero no traje más ropa. –

– Creo que tienes otra camisa de reemplazo por ahí de otro día. A menos que quieras específicamente esta? – le dijo seductoramente agarrando la camisa que traía puesto y abriendo su escote, que tenia algunas marcas de chupones.

Tentador, muy tentador. Pensó Brett. La agarro de los hombros y bajo su cabeza hasta estar a la altura de su cuello, el cual beso juguetonamente. Reagan gimió ante su toque y al separarse Brett paso sus dedos por la marca de su cuello con preocupación.

– Perdona... –

– Tonterías! Me gustas más así.–

Brett agradeció que ella estuviera bien con ello. –Te la puedes quedar.–

–Reagan, no se como decirte esto. Sabes que te amo y no sabes lo mucho que quiero estar contigo siempre.–

–Brett, yo... –

–No te estoy pidiendo matrimonio... Aun. –sintió sus mejillas calientes. – Pero si me gustaría que te quedes a mi lado y verte cada mañana, saber que cuando regrese a casa no solo sera mi casa, sino nuestra casa. –

Reagan lo abrazo. No sabía que responder en ese momento, pero era innegable el hecho de que al despertarse a su lado y sentir sus grandes brazos al rededor de ella era un sentimiento que le daba tanta tranquilidad y la hacia tan feliz. Pensar que podía llegar a sentir eso todos los días, ver su cara al despertar, salir a comprar la despensa y hacer cosas básicas hogareñas en sus tiempos libres parecía tan prometedor.

–Que sepas que no soy amante de los perros.–

Brett la abrazo por la cintura, –es eso un sí?–  pregunto tratando de ocultar la emoción y de dar un grito que expresará lo feliz que se sentía.

–Por supuesto, – Reagan lo miro con estusiasmo.

–Heyy, Laika y Regular Bud te amarán. –

Ella se rio, –ya lo veremos. Aunque ya tengo a la personificación de un golden retriever como novio asi que puede que no sea tan difícil llevarme bien con ellos. – dijo ella agarrando su mentón para acercar de nuevo su rostro para un beso. –Podremos pensar en la mudanza y esas cosas después, ahora quiero que me hagas de nuevo tuya.–

Después de todo, no importaba si la habitación estaba hecha un desastre o si tenían trabajo que hacer, él quería cumplir su petición y terminar lo que habían empezado la noche anterior.

Brett con una sonrisa en su rostro bajo las manos de su cintura hasta llegar a sus nalgas las cuales apretó suavemente recibiendo el beso. Agarro sus piernas hasta alzarlas y Reagan las envolvió por su cintura. El beso de fue tornando más lascivo y Brett subio las escaleras con ells cargada hasta llegara a su cuarto. Uno que había sido testigo de tanto amor y deseo. Pensar que pronto tendrían uno el cual compartirían los emocionaba.

El la dejo sobre la cama y como la primera vez sintió el deseo recorrer su cuerpo. Agradecía tener a Reagan en su vida, disfrutar de sus gemidos, de su piel y poder hacerla sentir una mujer que cada dia era más alegre a su lado. Ella sentía lo mismo y no habia cosa más deliciosa que el sentir el vaivén de sus caderas en sus momentos a solas.

El desayuno podía esperar.

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⏰ Last updated: Jun 22, 2023 ⏰

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