𝒸. 03

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| Dead, dead.|

ℰ | Elizabeth Morton

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ℰ | Elizabeth Morton

Me encontraba frente al espejo de la habitación de Draco, haciendo una corona de trenzas en mi cabello para verme lo más presentable posible y no andar toda la noche como si un nido de pájaros viviera en mi cabeza.

Baje mis manos con cansancio una vez acomodé el último pasador y caminé hasta la cama de Draco, dónde había dejado mi vestido.

Deje que la tela negra cayera por mi cuerpo, dejando al descubierto solo mis brazos. Una capa de tul y bordados griegos dorados se desprendía de los hombros y caía como una cascada por ambos lados de mi cuerpo y mi espalda, hasta tocar el suelo.

Suspiré con frustración al ver que un mechón rebelde se había escapado de mi recogido.

—Me voy a rapar un día de estos, a ver si por fin le encuentro arreglo a esta horrible enredadera— dije mirándome al espejo, esperando que la amenaza funcionará con mi cabello.

Quité un hilo que estaba sobre el escote del vestido y entonces, sentí unos toques en la puerta.

—Adelante— grité, dando paso a quien sea que estuviera del otro lado.

Un fresco aroma a pimienta blanca y limón llenó la habitación.

Me giré de inmediato con una sonrisa en mi rostro, abriendo mi brazos mientras me aproximaba al hombre que acababa de entrar.

Envolví mis brazos en sus hombros una vez lo tuve de frente, fundiéndome en la tranquilidad que me generó sentir sus brazos rodeándome de la misma manera.

—Estas preciosa— observó una vez nos apartamos del abrazo.

Negué, aún con la sonrisa en mi rostro— Estos mechones sueltos me hacen ver horrenda.

—Pues yo opino que así se ve mejor tu peinado— su mano subió hasta mi hombro, dando un leve apretón en cuanto la situó ahí— Además ese vestido resalta tu rostro de una excelente manera.

Lo dices solo porque me quieres.

Por esa misma razón deberías creerme.

Una mirada divertida cruzó por mis ojos antes de asentir y caminar devuelta al espejo.

Hice una seña en su dirección para indicarle que se sentara en el sillón que había cerca a mí.

—¿Hace cuanto estás en Londres?— pregunté, abrochando el cinturón dorado alrededor de la cintura.

—No llevo más de una hora por aquí, ¿Y tú?

War Of Hearts | Harry Potter ✓Where stories live. Discover now