Ahora que no estás |𝑠𝑝𝑖𝑑𝑒𝑟𝑏𝑒𝑎𝑟|

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Hola, mi amado osito de ojos violetas.

Han pasado muchas cosas en la isla, poco a poco todo empieza a tomar el rumbo de antes, los huevitos siguen creciendo, ayudo a Fit con el cuidado de Ramón quien me hace mucha compañía al igual que Bobby. Jaiden se mudó conmigo y estamos viviendo juntos tranquilamente, incluso construí un gran castillo detrás de la casa.

Mariana anda haciendo de las suyas con su ahora esposo Slime. Quackity, bueno, él está vivo causando desastres a dónde vaya.

Vegetta viene de vez en cuando a traerme libros para estudiar o comida, mucha comida que me gusta, según él debo de estar sano y en forma, le agradezco cada vez que viene, pasamos el rato hablando de tonterías hasta que me duele la pancita de tanto reír.

El pueblo ahora es ruidoso con la llegada de nuevos habitantes, uno de ellos en especial es muy amable de traerme siempre materiales que yo no puedo salir a conseguir porque no tengo el suficiente valor de hacerlo. También hice amigos, muchos amigos que aunque a veces no entiendo por la diferencia de idiomas nos llevamos bastante bien.

Pude abrir mi taquería, lo hice y es todo un éxito, pronto inauguraré una tienda, como un supermercado, será genial, te lo aseguro.

¿Sabes?, Visito constantemente el lugar donde hacíamos las carreras de tortugas, o el lago, todos los lugares que recorríamos juntos. ¿Recuerdas ese campo lleno de tulipanes que vimos cuando íbamos a una dungeon?, Bueno, pude ir, por fin pude hacerlo después de tanto tiempo, sé que te habría encantado visitarlo.

Me gusta acostarme ahí y ver el atardecer, es precioso porque el cielo se torna violeta y siento que estás mirándome desde donde estés.

Te extraño mucho, muchísimo, cada segundo, cada partícula de mi ser extraña tenerte en mis brazos, escucharte hablar, sentir tus preciosos risos entre las manos, añoro volver a sentir ese amor que tanto me dabas.

Todo está siendo tan difícil ahora que no puedo verte pero te prometí que seguiría siendo fuerte, ¿no?, Lo dije bien cuando sostuve tu mano por última vez esa noche lluviosa en la que te perdí.

Pienso una y otra vez en cada cosa que no pudimos hacer, las promesas que no pude cumplirte, todas las palabras que quise contarte o el anillo guardado en lo profundo de mis cajones que jamás podré entregarte.

A veces no puedo levantarme de la cama, me pesa tanto el pecho y el ruido de mi llanto consume cada rincón de la habitación que parece cerrarse a mi alrededor. Lo siento mi amor, creo que no soy tan fuerte como lo pensaba.

La pesadez en mi cuerpo se estaba volviendo más constante, a veces quería solo estar dormido hasta que mi estómago gruñía y me recordaba que debía de comer como tanto me regañabas. Estuve así hasta que me dí cuenta de lo que en verdad estaba pasando.

Me hubiera gustado darte la noticia de otra manera, algo más bonito, con una cajita decorada con lazos que tú llamarías "bobos" hasta que la abrieras, puedo escucharte perfectamente decir "¿esto es de verdad?, ¿No es joda, boludo?" y así por fin darte la sorpresa, ¿No es increíble, osito?.

El día que me enteré me quedé en blanco por varios minutos, fue tan sureal que luego de tanto dolor sentir un pequeño rayito de esperanza crecía dentro de mi. Curioso, muy curioso.

¿Esa es tu forma de no dejarme solo?

No sé que será de nuestro futuro, pero estaremos bien, te lo juro osito, lo estaremos.

Me estoy esforzando aunque a veces es difícil dar un paso sé que me acompañas, cuidanos mucho desde donde estés, te dejaré esta carta junto con las demás en el baúl de siempre.

Te amo, Spreen.

Siempre tuyo: Roier.

Posdata: ¿Que opinas del nombre Missa?