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ALISHA.

—¿Así que ahora me robas la ropa?

—Solo se me ocurrió que a la prensa le podría gustar.

«Si, claro, Alisha» me dije a mí misma mientras evitaba su mirada. Pero, para ser honesta, la camisa olía a ella y me hacía sentir muy cómoda. Había algo en su aroma que me hacía sentir cómoda.

—Como digas —dijo fríamente. Nunca me había hablado así.

Salió de la habitación sin siquiera mirarme. ¿Estaba molesta? Pensé que ya habíamos superado esa etapa. Bajé, tuvimos un desayuno muy incómodo donde ella no me dirigió la palabra y después subí a bañarme.

Pasé la mayor parte del día en el porche leyendo, completamente a solas. No había visto a Taylor, aunque si traté de preguntarle qué sucedía.

«Nada que te interese, Alisha».

Después de eso decidí dejarla en paz. Tal vez solo estaba teniendo un mal día y necesitaba espacio.

Pero el gran cambio de humor me deprimió un poco. Aproveché mi tiempo libre para contestar unos mensajes: de Anne, de Scott, de Andrew y de unos conocidos de la universidad. También hice videollamada con Sasha, quien me contó acerca de la próxima sesión de fotos.

—Te harán un par de preguntas. Quieren saber cosas básicas: donde creciste, como fue tu infancia...

—No quiero contar eso —la interrumpí.

—Puedes evitar dar nombres, ya me encargué de eso. Solo quieren conocerte un poco más pero se enfocarán en ti: tu gusto musical, qué haces en tu tiempo libre, porqué decidiste dedicarte a esto.

—Okay, eso puedo manejarlo.

—Todo estará bien. Yo te acompañaré y me aseguraré que pases un buen día. ¡Será tu primera aparición en una revista! ¿Te emociona?

—La verdad si. Nunca creí que posaría para vogue. ¿Quién más estará ahí?

—Creo que quieren que Saoirse Ronan pose contigo. Y tal vez también Timotheé Chalamet, si su publicista accede. También habrá otros, pero no estarás con ellos. Se habla mucho de Florence Pugh y Jennifer Lawrence.

—¡Sería genial! Me encantaría conocerlas a todas.

—Si asisten, ten por seguro que los conocerás. Es hora de que empieces a crear contactos por tu cuenta. No siempre estarás con Taylor.

Después de colgar decidí ir a dar un paseo. Cuando se lo comenté a la rubia, ella solo se limitó a decirme "haz lo que quieras". Su padre, quien estaba a su lado, me miró apenado. Llena de vergüenza le pedí a Brat que me acompañara.

Caminamos un rato por un sendero lleno de árboles, nos detuvimos a observar el mar y después continuamos. Él comenzó a hablarme un poco de su vida, descubrí que solo tenía 28 años y su pasatiempo favorito era el senderismo. Hablamos de todo: música, familia, mascotas.

En realidad era un sujeto muy agradable. Me trataba como a una persona normal, no le importaba a que me dedicaba o con quien salía. Era divertido y amable y se ocupaba de mantenerme a salvo. Terminé contándole que Taylor había decidido no acompañarme a dar el paseo y que había despertado con un terrible humor.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —dijo. Asentí y suspiró tomando valor—. ¿Por qué Taylor te habló así? Parecía que ya se llevaban bien.

Por supuesto que el sabía de la farsa. Él nos acompañaba a todos lados. Nos veía cuando nadie más lo hacía.

Gold rush || T. SWhere stories live. Discover now