UN AMOR INOLVIDABLE

PRÓLOGO

— Señores pasajeros, estamos llegando a nuestro destino y vamos a aterrizar pronto. El piloto les recuerda la obligación de abrocharse sus cinturones, colocar sus asientos en correcta posición, levantar las persianas y cerrar las mesas. El tiempo en Madrid es agradable, unos 26 grados y el cielo está despejado. Flying free quiere agradecerles su confianza en nosotros y les desea una feliz estancia. Muchas gracias.
El altavoz del avión resuena con el anuncio y, mis pensamientos comienzan a vagar. Vuelta a España, vuelta al lugar que me vio nacer pero no cumplir mi sueño de ser actriz. Las maletas parecen que pesan más ahora que cuando vine, y las horas de vuelo se siente interminables. No me mal intérpretes, estoy inmensamente agradecida a la vida por haberme dado la oportunidad de cumplir mi más anhelado sueño.
Me llamo Paola Martinez. Soy de Sitges, pero he estado cuatro años viviendo en California por mi trabajo. Se me presentó la oportunidad de trabajar en una serie americana y no pude negarme. Durante todo este tiempo, he vivido experiencias maravillosas: rodajes, eventos, premios, viajes... todo lo que una persona puede soñar. Sin embargo, como en todo, también hay un lado negativo: he estado lejos de mi familia y amigos todo este tiempo. Es por eso que regreso con muchas ganas a casa, a mi hogar.
Sweet Lily se ha convertido en una de las series más importantes del panorama mundial y no puedo estar más feliz de haber formado parte del elenco. Los productores confiaron en mí después de verme en un pequeño papel de extra en otra serie, al haber ganado un concurso. Les gusté tanto que me ofrecieron quedarme  para un nuevo proyecto.
He conocido a gente maravillosa que llevaré siempre en mi corazón, sobre todo a Molly, mi gran apoyo todo este tiempo y gracias a la cual he sido tan feliz.
Acaba de sonar por megafonía que vamos a aterrizar pronto y los nervios no paran de aumentar, pero estoy ansiosa por ver que me depara el futuro. Tanto es así, que las horas de vuelo se me han hecho eternas porque odio volar. Tuve una muy mala experiencia en el trayecto de Madrid a Los Angeles y desde entonces no soy capaz de montarme en un avión sin agobiarme. Para distraerme, he decidido hacer lo que más me gusta: ver la última temporada de mi serie favorita del momento, "me quiere, no me quiere".
Es la típica historia de dos jovenes que se enamoran en el instituto pero tienen una relación bastante tóxica: la animadora más popular sale con el chico más querido del instituto, pero no dejan de hacerse daño el uno al otro. Me gustan mucho este tipo de series porque, aunque se que estas cosas raramente ocurren en la vida real, me encanta el amor. Obviando la parte tóxica, claro.
Jamás he estado enamorada como tal. Tuve una pareja que se acabó al poco tiempo de iniciar esta apasionante aventura, pero no considero que fuera amor. A día de hoy, aunque tampoco lo descarto, no crea que sea el momento adecuado para enamorarme. Quiero estar centrada en mi pasión, en mi trabajo y esperar a ver que me tiene reservada la vida. Nunca digas "de ese agua no beberé", pero no es lo que busco ahora mismo.
Sin embargo, no se puede negar lo evidente: el chico que hace de Hugo, el protagonista de la serie, esta como un queso. Ander, creo que se llama. Es de esos chicos que, cuando los ves, no puedes apartar la vista de ellos. Ojalá pudiera llegar a conocerlo e incluso trabajar codo con codo con él.
A ver... no quiero enamorarme pero, ¿a quien le amarga un dulce?
El avión comienza su descenso final. Mientras Madrid se despliega bajo nosotros, con sus calles familiares y su clima cálido, una sensación de emoción y anticipación me invade. Estoy lista para enfrentar lo que venga, lista para regresar a mis raíces y descubrir las nuevas oportunidades que me aguardan en el lugar que siempre he llamado hogar.
Mientras el avión toca tierra y el vibrar del aterrizaje recorre mi cuerpo, siento que este regreso no es solo físico, sino también un viaje hacia nuevas oportunidades y desafíos. Madrid, mi hogar, me recibe con los brazos abiertos, y estoy lista para descubrir qué me tiene preparado el destino. Aquí comienza una nueva etapa, una nueva aventura.