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1/ La noche anterior

-Amelia, hey. Ya hice desayuno, deberías despert... ¿En qué momento te pusiste mi ropa?- Amelia despertó con la ligera sacudida de hombro que su amiga le dio

-Ni idea, seguro me dio frío anoche- Dijo perezosamente intentando volver a cubrirse con las mantas hasta el cuello. Su cabello estaba todo desordenado, y su delineado no había sobrevivido la noche.

-Nop, debes despertar. Arriba.

Margot arrancó las mantas de la cama y la obligó a levantarse, era tres años mayor que Amelia, pero ella no le tomaba mucha diferencia. Después de todo eran compañeras en la universidad, pero de vez en cuando Margot recordaba su diferencia de edad y se comportaba de manera maternal con ella. Como ahora por ejemplo.

-Debiste cuidarme anoche cuando bebí vodka- Respondió esta al percibir el inminente dolor de cabeza

-¿Vodka? Solo bebiste cerveza-

-Noup, si algo recuerdo de anoche es el vodka, créeme- Dijo demostrando su resaca.

Su amiga sonrió en respuesta, obviamente no la había cuidado toda la noche, Amelia no era una bebedora compulsiva, pero estaban bebiendo en la casa de Margot, asique tenía que hacerse responsable.

Amelia se calzó de nuevo los jeans y buscó en vano la camiseta que había usado anoche, pero no encontró nada. Aunque no le dio importancia, seguro la había guardado en su mochila. Además, las camisetas oversize de Margot eran mil veces más cómodas.

-Bien mamá, ¿estoy presentable para bajar a comer? -Bromeó mientras se ataba el cabello enmarañado en una coleta.

-Muy graciosa, pero sí. Ve a lavarte la cara y luego baja.

Margot abandonó la habitación y Amelia sonrió buscando sus zapatos. Una vez con sus zapatillas puestas, se dirigió a la puerta. Mientras que al otro lado del pasillo, justo en frente de ella, la puerta también estaba abriéndose. Dejando a relucir un Hal adormilado y recién levantado.

Ella estaba a punto de burlarse de él por el evidente chupetón que se asomaba en su cuello, pero sintió incluso como su resaca se iba cuando se miraron a los ojos.
Fue como si de manera automática todos los recuerdos volvieran a sus mentes.

Recordaron todo. A Hal borracho pidiendo besarla, a ella en su habitación sentada en su regazo esparciendo besos por su cuello, y a Hal arrancando su camiseta de su cuerpo.

Mierda.

-Hey, tú tienes- Amelia no lo dejó terminar la frase, tomó su brazo y entró en su habitación junto con él, Hal se sentó en la cama sosteniendo su cabeza mientras que ella entraba en pánico, dando vueltas en la habitación.

-¿Qué te pasa?- Dijo este claramente irritado

-Tú y yo... ¿No pasó nada aquí cierto?- Le respondió Amelia analizando su cuarto, todo se veía en orden. Aquel recuerdo pudo haber sido solo un sueño, ¿verdad?

-Tengo un vago recuerdo, aunque no sé si fue real o...

Hal se quedó callado de la nada, había intentado arreglar su cama para que se viera un poco más presentable. Pero mientras lo intentaba terminó encontrando la camiseta de Amelia entre las almohadas.
Su reacción solo fue quedarse estático con la prenda en su mano.

-No, no, no, no, no. Imposible, ¿por qué haríamos eso? No hay nada entre nosotros, ¿hay algo entre nosotros? Ni siquiera sé si recuerdo todo- Se rindió arrojando su cuerpo en la cama.

El olor de esta reactivo sus recuerdos, recordó perfectamente como Hal la adentró en su habitación cargándola, mientras que ella mantenía sus piernas alrededor de su cintura. Ahora sabía por qué recordaba el sabor del vodka, eso era lo único que él había bebido.
Terminaron en su cama, ella sentada sobre él, besándose. Solo besándose desenfrenadamente.
Todo había vuelto a su cabeza de golpe. La sensación de sus labios, como esta tomaba su cabello para profundizar sus besos... Y la desesperación de Hal. Como movió los besos de sus labios a su cuello, llegando hasta sus pechos.