011 🌙 Castigo

134 14 0
                                    

NARRADOR OMNICIENTE ○

— Ya basta Jungkook!! — gritó la joven mientras una gran capa de sangre escurría por sus muñecas.

Por el contrario Jungkook no tenía intenciones por detenerse, al contrario, sentía una gran satisfacción por el dolor reflejado en T/N.

Los gritos desgarrados ni siquiera importaba a los demás, sabían que Jungkook se molestaría si alguien llegara a interrumpir en sus asuntos y le temían de cierta manera. Jungkook era uno de los artistas más temidos en el circo y el más aclamado por todo el público.

El joven titiritero había realizado unas marcas en "X" en el centro de las palmas de las manos en T/N con una navaja que siempre lleva consigo. Para ese momento Jungkook tenía la intención de hacerla sufrir momentáneamente por dejar aún lado su fortaleza dentro del circo, pretendiendo ser un ciudadano común y mediocre. Él quería de regreso a su pequeña Bunny.

— Qué prefieres... presentar tú acto en el circo y quedarte conmigo o sufrir por haberte largado diez años? — preguntó Jungkook acercando su navaja a una de las piernas descubiertas de la joven.

Su ropa se encontraba sucias, manchadas de sangre y un poco rotas.

— Eso jamás!! No pretendo seguir siendo una maldita asesina!!! Yo no regresé a eso!!! — exclamó T/N llorando porque sentía como sus manos ardían como fuego por las dolorosas cortadas. — Detente por favor... — suplicó.

Jungkook hizo caso omiso a sus súplicas y sin tener piedad cortó en una línea recta la pierna de la joven la cual gritó casi desgarrado su garganta.

— Eso ayudará a que no intentes huir de aquí, si lo haces entonces será peor... puedes evitar esto si aceptas quedarte a mi lado y dejas de pretender ser una persona normal, no encajarías en lo más mínimo si se llegaran a enterar de quien demonios fuiste alguna vez... apuesto a que siempre evitabas hablar de ello. — dijo

Para T/N esas palabras calaron en lo más profundo de su ser, porque tenia razón; siempre tuvo miedo de conocer gente y hacer amigos de no haber sido por Brentt que la llevaba siempre con el y prácticamente los amigos de su adoptivo hermano, también eran los suyos aunque pensaran que era una chica un poco extraña, fuera de eso, jamas tuvo más amigos. Nunca se sintió completamente libre por muchos kilómetros que estuviera lejos, pero pensaba que con Jungkook podría superarlo.

— Ambos podríamos intentarlo... irnos de aquí y comenzar de cero, eso querían nuestros padres desde el principio. — respondió la chica.

Jungkook frunció el ceño notablemente molesto, no le gustaba recordar el pasado y mucho menos que le metieran ideas de ser un hombre diferente, el siempre ha vivido del circo, sus únicas aspiraciones es ser el mejor y su cabeza siempre estaría el matar para sobrevivir.

— Calla! No lo vuelvas a mencionar!!! Nadie huye de este lugar... crees que podría ser alguien mejor que esto? — apeló.

Dió por concluido la conversación y viendo que se encontraba débil decidió hacerle una última cortada en la pierna libre para finalizar su castigo.

Con brusquedad la tomó para ponerla en pie, sin embargo antes de comenzar a andar alguien llegó de imprevisto sin importar anunciar su llegada.

— Jungkook! Espero hayas terminado de jugar, Namjoon necesita hablar contigo. — dijo un joven de cabello rojo y ojos oscuros, un rostro sumamente perfecto y proporcional a su cara con un lunar en la punta de su nariz que le daba su último toque a su figura esbelta.

Su andar era tranquilo, tan pacífico y despreocupado que mostraba un desinterés por la joven llena se sangre. Ni siquiera le prestó mucha atención hasta que la joven se quejó por el dolor de las cortadas.

— Deberías curar sus heridas si no quieres que ella se desangre por completo y termine muriendo. — dijo señalando a la joven.

Jungkook se encogió de hombros y tomó a la joven para lanzarla al suelo nuevamente. Ella por instinto lloriqueo por el dolor.

— Iré a ver que quiere Namjoon, podrías ayudarme con ella? Ya tengo suficiente con sus lloriqueos. —

El joven pelirojo asistió.

— Y Tú... no pretendas cometer una estupidez, el no te ayudará, nadie lo hará y podría se mucho peor que esto. —

Se marchó de la carpa dejándola sola con el joven desconocido.

Él simplemente la miró con curiosidad.

— Muy bien... deberias levantarte para que nos vayamos de aquí. — se agachó el joven para ayudarla y está retrocedió rechazando su acción. — No deberías hacerte la difícil, esas heridas podrían infectarse. — dijo con un poco de impaciencia.

— Sólo quiero irme... — susurró.

— Cómo es que llegaste? — preguntó él chico mientras se levantaban y salían del lugar a alguna parte del circo.

— Creo que sabes que soy la chica que pertenecía al circo. No es así? — informó.

Él asintió.

— ... bueno, es un poco complicado... yo sólo recibí una carta. — dijo la chica evitando dar muchas expectativas.

— Tú y Jungkook se conocen? — cuestionó.

Ambos entraron a una casa rodante, perteneciente al joven.  Su casa era muy bonita, pinta de elegante y con un ligero aroma floral.

La guió a un pequeño sofá.

— Nos conocemos de tiempo atrás. — respondió.

— Ya decía yo.... Jungkook no suele aceptar cuidar a nadie. —

Él se alejó unos minutos por algún lugar de si casa y regresó con un pequeño botiquín en manos.

—  Dejame ver eso. — señaló sus muñecas. — Dolerá un poco y luego colocaré unas vendas. — anunció.

Para T/N no le importaba, suficiente había tenido con lo que Jungkook le había hecho.
Cuando el joven colocó un algodón con alcohol ella inmediatamente se aguantó las ganas de llorar.

— Lo siento, lo siento... — se disculpó el castaño.

A simple vista parecía ser una persona diferente, alguien amable. Eso hizo que la chica tuviera un poco de confianza.

— Puedo preguntar que eres aquí en el circo? Digo... eres diferente a los demás. — dijo con voz tenue, débil por el dolor.

— Que las apariencias no te engañen... no confíes demasiado... — hizo una mueca de disgusto. — El hecho que este ayudando a curar tus heridas no significa que sea toda bondad... soy un mimo. — respondió.

La chica comprendió porque de su aspecto tan tranquilo, todo lo hacía de manera cautelosa y casi teatral.

Cuando el joven terminó con las manos siguió con sus piernas. Ella intentó levantarse pero era imposible ya que el dolor era mucho más fuerte de lo que imaginó y ni hablar de sus manos, Jungkook hizo eso para que le fuera imposible moverse.

— Maldición! — exclamó la chica.

— Tal vez deberías descansar un poco, Jungkook vendrá a buscarte y tampoco es como que puedas irte de aquí. — habló el pelirojo.

Ella se resignó y no le quedó más que aceptar.

—  Bien... lo haré, muchas gracias por curar mis heridas... — dijo.

— Soy Kim Taehyung, el mimo Kim, Tae para tí. — respondió con una tenue sonrisa.

Después de todo no habían malas personas dentro del lugar y como dijo Taehyung minutos antes, no se confiaría de nadie.

El Circo De La Oscuridad 🌙 Jk•T/N《COMPLETAKde žijí příběhy. Začni objevovat