1. Matthew

500 42 0
                                    

—Hanbin, ¿podrías atender tu jodido teléfono? —gruño.

Mi llamada fue al buzón de voz y frunzo el ceño delante de la lista de cosas por hacer. Ya había dejado un mensaje. Bueno, dos. Tal vez fueron tres. Pero era la víspera de Navidad y yo organizaba la fiesta del año, así que tenía un millón de cosas que hacer. Daba igual que fueran las siete y media de la mañana. Él aun podía responder su jodido teléfono cuando lo llamaba.

—Hanbin, espero por tu bien que, si no respondes a mis llamadas, es porque has tenido un horrible accidente, o porque Zhanghao te ha atado las dos manos a las columnas de la cama, luego se haya golpeado la cabeza y esté inconsciente, tirado en el suelo. No aceptaré ninguna otra excusa. Y no te perdonaré, incluso si por cualquier razón los bomberos son avisados e imágenes son difundidas en las noticias de las seis. A menos que ambos estéis vestidos para un juego de rol. Entonces, te perdono. Sobre todo, si son la Princesa Leia y Han Solo.

Resoplo, indignado, luego añado:
—Ganarás más puntos si tú eres Han.

Cuelgo, luego me giro y veo a Jiwoong detrás de mí, en la cocina, sonriendo.

—¿Qué?

—Pobre Hanbin —responde él.

—¿Pobre Hanbin? —Replico —¿Pobre Hanbin? ¿Y yo, qué? Mira esta cocina.

Agito la mano hacia las encimeras cubiertas de alimentos, legumbre y fruta fresca, camarones frescos y un barramundi entero.

—Tengo dieciséis platos que preparar para la cena de esta noche. Dieciséis, Jiwoong. ¿Sabes cuánto es eso?

Lucha para ocultar su sonrisa.

—Estoy casi seguro que es uno más de quince.

Le lanzo una mirada asesina.

—No vengas a mi cocina, todo soñoliento y con una magnífica sonrisa, intentando ser lindo y divertido. Es nuestra primera Navidad como prometidos, eso va a marcar la pauta de nuestra pareja para siempre y viene todo el mundo. ¡Es importante y tengo tantas cosas que cocinar, que preparar, que organizar!
Jiwoong, no creo que entiendas...

Él sonríe y toma mis dedos en mitad de mi diatriba. Sea porque estuviera acostumbrado a mi comportamiento, o sea que no entendiera hasta qué punto era importante que fuera todo perfecto.

Tomando mi mano, la guía hacia su entrepierna y acaricia su miembro con mi palma. Su miembro bastante duro.

—Te habías marchado cuando me desperté esta mañana.

—Al mercado de pescado —explico.

Todo el mundo sabía que se tenía que ir al mercado temprano, el día de Noche Buena...

Él asiente y pasa su otra gigantesca mano detrás de mí nuca antes de atraerme hacia él para besarme. Sabía a dentífrico y a deseo sexual y, ya que no podía evitarlo, enredo mis dedos alrededor de su sexo y chupeteo su lengua en mi boca.

Su gruñido fue obsceno.

Retrocedo.

—No, no. No tenemos tiempo. ¿Qué estás haciendo? ¿No sabes hasta qué punto es importante esta cena? Es Noche Buena y todo el mundo va a venir aquí, tengo tantas cosas que organizar...

Toma mi cara entre sus manos. Su gesto hizo temblar mis rodillas y él lo sabía, el muy maldito.

—Déjame ayudarte —murmura contra mis labios.

—Esto no ayuda.

Sonríe como si supiera que ese no era el caso y que era su plan desde el principio.

𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐩𝐞𝐬𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐨 ♡ 𝐦𝐚𝐭𝐭𝐰𝐨𝐨𝐧𝐠Where stories live. Discover now