Rutina

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Hoy es otro día, desperté por la mañana, abrí mis ojos con dificultad, ya que por la ventana se asomaba un rayo de sol directo hacia mi cara, refriegue con mi mano izquierda mis ojos enrojecidos por la noche larga que tuve, era hora de levantarme, alistandome en el baño con una mirada perdida, me preguntaba, ¿qué fue lo de anoche?.

mirándome ante un espejo que no pestañea.

Ya se hacía tarde, no he pedido desayunar, llevar la casa en orden es más difícil desde que mamá se fue a vivir con su nueva pareja.

Otra vez, no se donde he dejado las llaves de mi casa, revolví mi hogar, al encontrarlas me dirigí hacia la puerta, ya bastante atrasado y apurado, comencé a caminar con pasos acelerados, corría mucho viento, no fue impedimento para comenzar a trotar, ya que a lo lejos veía el colectivo venir.

Otro viaje más, no encontré asiento, varias personas dormían, otras hablaban, me puse mis auriculares y mi lista de reproducción para viajes largos.

Mi artista favorito, (PuchOFF), acaba de sacar un disco nuevo hace una semana, durante mi viaje de una hora y media, lo reproduzco todos los días.

Aunque para muchos viajar es agobiante, para mi es uno de los mejores momentos del día, me siento como si estuviera en alguna película, cada canción alborotando mis emociones.

Suena mi canción favorita del disco, un rock and roll bailable.

-Salgo de mi casa, abandono ese lugar

Miro lo que pasa, en las calles de Capital

Mucha gente corre, disfrazados en la ciudad

Mucha gente corre, para llegar a trabajar

¡Y me hace mal!.

¡Y me hace mal!.

Oro tocando bronce, encima de un vagón

Hoy gana un acorde, vacío y sin corazón

La rubia mira defectos, el marido un estafador

Perdón si grito por dentro, ya se que no vale mi voz...

¡Y me hace mal!

Ya quería que fuese ocho de octubre, para ver en vivo su show, compre la entrada para verlo en platea. Interesante como un grupo puede movilizar, a través de sus ideologías multitudes, conectando su interpretación de vida con la gente, solo faltan dos meses...

Llegado al destino, bajé del colectivo, con mi ceño fruncido, hombros encogidos por el frío de aquella mañana, me dirigí rápidamente a la fábrica.

Rutina diaria, trabajo en una carpintería hace ya seis años, un oficio que me encanta, pero me hubiera gustado más ser una estrella de rock, alguna vez he intentado crear una banda con amigos, pero no llegué más lejos que tocar en un bar de Buenos Aires, me he cansado de leer frases motivadoras, "si no resulta, no cambies la meta, cambia el camino hacia la meta". Pero, si fuese tan real esa frase, todos tendríamos la oportunidad de viajar al espacio aunque sea una vez.

Ha terminado mi hora de trabajo, es momento de volver a casa...

Destino MoralWhere stories live. Discover now